Nuevo Son Dureta: Un hospital histórico para los problemas del futuro

Baleares ha experimentado en las últimas décadas una mejora muy notable de la calidad de vida, lo que ha permitido situar a la Comunidad Autónoma a la cabeza en esperanza de vida: 83,4 años. Esto supone que las islas cuentan con una población cada vez más envejecida y, por tanto, se traslada una mayor presión al sistema sanitario público, que debe hacer frente a las enfermedades crónicas.

El nuevo espacio sociosanitario de Son Dureta, cuyo hospital original ya marcó un antes y un después en la historia de las islas, está pensado para afrontar los problemas del futuro. La presidenta del Govern, Francina Armengol, aseguró ayer en la presentación oficial de la primera parte del proyecto que era un día «maravilloso e ilusionante» porque, en cuanto esté listo, supondrá una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos: «En 2015 ya nos comprometimos a que Son Dureta, donde muchos tenemos recuerdos históricos de personas que nacieron o perdimos y tiene muchas vivencias y un componente emocional muy grande, lo reconvertimos en el espacio sociosanitario más grande del Estado español».

La socialista realizó un diagnóstico sobre los problemas que afronta Baleares y afirmó que «vive una situación en la que los ciudadanos viven más años, lo que es una gran suerte, pero habrá enfermedades crónicas que necesitan espacios y curas diferentes». Así, considera que este nuevo complejo es «importante» pero debe ir acompañado de otras iniciativas como una apuesta por nuevas plazas públicas residenciales y nuevos centros de día, como el que se está construyendo en estos momentos en Son Dureta.

Según los datos ofrecidos por el Govern, actualmente el 15,3% por ciento de la población supera los 65 años y en 2029 lo hará el 22%. «Cuanta más edad, más prevalencia de enfermedades crónicas y más grado de dependencia», apuntan. Asimismo estiman que el 68 por ciento de los ingresos hospitalarios de Baleares están relacionados con la cronicidad y el 47% de los enfermos con alguna patología crónica avanzada están ingresados actualmente en hospitales de agudos y reciben una atención «que no responde a sus necesidades».

La historia de Son Dureta, en imágenes

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La consellera de Salud, Patricia Gómez, también se mostró muy ilusionada porque, según afirma, se trata de un proyecto «concebido con una visión mucho más moderna» y que ha sido posible gracias a la inversión «decidida» del Govern a partir del Plan de Infraestructuras, con 300 millones de euros: «Nos permite cumplir el compromiso adquirido con el nuevo Son Dureta a pesar de la pandemia».

Gómez apunta a una clave que va más allá de su conselleria pero que es una de las reivindicaciones constantes de Armengol: el crecimiento económico de las islas. La titular de sanidad asegura que la construcción y la demolición generará unos 700 puestos de trabajo directos o indirectos nuevos para los ciudadanos de Baleares.

El Servei de Salut puso en marcha en 2017 un nuevo modelo de atención a la cronicidad y desde entonces pone especial énfasis en detectar a aquellas personas de la población que tienen un manejo complejo debido a sus múltiples problemas crónicos de salud. A estos pacientes crónicos complejos, una vez identificados, se les hace un seguimiento más estrecho para prevenir complicaciones o detectarlas prematuramente.

Los pacientes crónicos complejos representan alrededor del 4 por ciento (48.600 personas) de la población total. Pero ese 4% consume un gran porcentaje de recursos, ya que supone un 20% de los ingresos hospitalarios. De hecho, el 40,5% ingresan tres veces y el 13% lo hacen cinco o más veces al año.

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