Pisos compartidos vetados a menores

Madres desesperadas en Mallorca: «Nadie quiere alquilarme una habitación porque tengo un hijo»

Cuatro madres con menores denuncian las dificultades que tienen para arrendar un cuarto en una vivienda compartida en Mallorca: «Somos tres en una habitación y pagamos 500 euros»

Una de las madres a las que nadie le alquila habitación por tener un menor a cargo.

Una de las madres a las que nadie le alquila habitación por tener un menor a cargo. / M.E.V.

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

«No se admiten menores». Es la condición más repetida en los distintos anuncios de alquiler de habitaciones disponibles en Mallorca. Del total de 456 pisos compartidos en el mercado isleño, sólo 31 admiten a familias con hijos, según el portal Idealista. 

«Es desesperante», confiesa Diana a este periódico. Llegó a la isla hace 10 meses desde Colombia. Y sufrió violencia de género al poco de vivir en Palma. «Estuve en una casa de acogida del Ayuntamiento. Pasados cinco meses, traje a mis hijos porque estaban en una mala situación allí. Uno tiene 19 años y el otro 12», detalla. «No sé el motivo, pero me dijeron que tenía que irme ya del centro de acogida. Les pedí un poco de tiempo para encontrar una solución, pero nada», explica desesperada. «No tengo nada, nadie nos quiere alquilar una habitación y menos con hijos. Ahora estamos durmiendo en un albergue», cuenta. «Lo de las habitaciones es abusivo: los precios, los horarios que tienes para usar la cocina e incluso también se imponen horarios de entrada a la casa, no quieren a gente que esté allí pese a que pagues por ese cuartito», denuncia.

Diana Lorena también es colombiana. «Vine para acá porque mi esposo ya estaba viviendo aquí, pero cuando llegué él estaba con otra persona. Y me encontré aquí sola con tres hijos, uno de 21, una hija de 18 y un niño de 7», comenta. Diana vendió todo lo que tenía en su país para viajar hasta Palma. «Me vine con poco dinero, la verdad. Para pagar la estancia de tres meses más o menos», calcula. «Mi hijo de 21 ya ha encontrado un trabajo aquí, pero yo no».

Esta madre ha contactado con muchos anunciantes para alquilar una habitación pero siempre se ha llevado una negativa por respuesta cuando decía que tenía hijos. «Es evidente que para mis hijos prefiero un piso, pero no podemos pagarlo con nuestra situación. En Mil Anuncios me llegaron a pedir 700 euros para una habitación grande para tres personas. Tampoco puedo costeármelo», lamenta. 

Ahora mismo, Diana vive con su hijo pequeño y el mayor en una habitación de unos amigos en una calle del Eixample de Palma. «Pagamos 500 euros por este cuarto, pero es algo temporal».

Leidy Yomara Raigoza también es de Colombia. Llegó el 7 de diciembre a Mallorca con su hija, su hermana, su esposo y dos sobrinas huyendo de una situación violenta en su país. Han pedido asilo. «Estamos viviendo en un hotel en Palmanova, pagamos 60 euros al día», relata. «Aquí con un niño no te alquilan nada en ningún lado», asegura. 

Las habitaciones están tan buscadas que casi hay que pasar un casting. No son pocos los arrendadores que piden una descripción por escrito del interesado en el piso, indicando edad, profesión, procedencia, ingresos, intereses...

Camila es chilena y su marido es argentino. Su madre lleva 22 años residiendo en Mallorca. La vinieron a ver el verano pasado y ahora han regresado otra vez. «Yo tengo otra hija de 9 años con otra pareja y también se vinieron a la isla y nadie les quería alquilar por la niña. A él solo le decían que sí. Tuvo que pagar un Airbnb de un conocido que tenía un coste de unos 50 euros diarios, ahora ya viven en una habitación porque una mujer finalmente aceptó que estuviera la niña», narra. 

«Pero esto no sucede solo con las habitaciones, sino que también con los pisos», denuncia. «Buscar vivienda con niños es muy complicado», agrega. «Y sobre todo cuando es pequeño, a la gente le molesta que pueda ponerse a llorar o gritar, pero es que es un niño, es normal. Yo tengo uno de tres años también. Y lo peor es que apenas hay redes de apoyo a la infancia en esta ciudad».

Para Camila, que se dedica a la artesanía, hay discriminación hacia las familias con hijos en general. «En los pisos y habitaciones de alquiler se buscan sobre todo personas solas, jóvenes y trabajadoras», advierte. «Es desquiciante. ¿Quién ayuda a las madres solteras o a los padres jóvenes?», se pregunta. «¿No se está dando el mensaje de que hay que tener más hijos porque el país envejece?»

Muchas exigencias

«Nosotros ahora vivimos en casa de mi madre y su esposo, un piso con una habitación, pero estamos buscando una habitación para vivir los tres. Nos piden dos meses de aval, muchas exigencias. Se pone difícil», subraya. «Además el espacio también debe ser el adecuado para un niño», indica. «La mayoría que nos encontramos en esta situación somos migrantes que tenemos hijos, porque en su mayoría somos nosotros los que tenemos esos niños. Y entiendo que cada vez menos gente de aquí quiera dar el paso porque es un negocio, te cobran más por todo y no se ayuda en nada», critica.

Estos casos que ha recopilado este periódico son sólo unos pocos de los que pueden verse a diario en grupos presentes en redes sociales como Alquiler de habitaciones en Palma o Latinos en Palma.