Beatificación de Miquel Costa i Llobera: Un camino de 34 años y tres papas para demostrar "una exigencia radical de santidad"

Tras 15 años de recogida de información, la causa se puso en marcha en el Vaticano en 2004, tras la visita de una delegación mallorquina que encabezó Maria Antònia Munar, entonces presidenta del Consell de Mallorca

Delegación mallorquina que viajó a Roma en noviembre de 2004 con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Miquel Costa i Llobera

Delegación mallorquina que viajó a Roma en noviembre de 2004 con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Miquel Costa i Llobera / Miguel Vicens

Miguel Vicens

Miguel Vicens

La promulgación del decreto por el que el papa Francisco ha reconocido las "virtudes heroicas" de Miquel Costa i Llobera y otorgado al poeta y canónigo de la Catedral de Mallorca el título de "Venerable siervo de Dios", supone el primer paso hacia su beatificación, pero no surge de forma espontánea por decisión del actual pontífice, sino que acumula 34 años de trabajo en Mallorca y en el Vaticano, así como el concurso de los tres últimos papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, que finalmente ha puesto al autor de El Pi de Formentor camino de los altares.

Tras superar una primera etapa de quince años de recogida de información que se inició en 1989, la causa para la beatificación de Costa i Llobera se presentó en Roma para el inicio de su tramitación en noviembre de 2004, bajo el pontificado de Juan Pablo II. "El ideal de Costa i Llobera fue la santidad", aseguró en Roma en aquellas fechas Gabriel Ramis Miquel, vicepostulador de la causa de beatificación. "Su vida fue como un díptico", añadió. "Para entenderla en su totalidad no podemos prescindir de su faceta literaria ni de su vocación religiosa, expresada en su diario íntimo, treinta libretas llenas de escritos que se conservan en la Catedral de Mallorca en la que demuestra una exigencia radical de santidad a través de un esfuerzo ascético heroico", afirmó el sacerdote de la diócesis de Mallorca y en aquel entonces profesor de Liturgia en el Instituto de San Anselmo de Roma.

Ramis, que manifestó que "es un hecho objetivo que Costa i Llobera imprimió un sentido cristiano en el movimiento artístico de la Reinaxença", en el momento en el causa del mallorquín acabada de superar la fase de información e iniciaba su tramitación en el Vaticano, coincidiendo con la celebración del 150 aniversario de su nacimiento.

"Cuando se dice que predicó en todos los púlpitos de Mallorca no se trata de una exageración piadosa", subrayó el vicepostulador de su causa. "Y el Costa sacerdote no apagó al poeta, más bien lo contrario. Consiguió dar armonía a las dos facetas entregándose a Dios. Con la excepción del final de su vida, en la que se dedicó más a la espiritualidad y su producción literaria poco a poco fue apagándose", detalló. "Es en ese momento cuando Costa i Llobera, ya canónigo de la Catedral de Mallorca manifiesta: Las cosas vanas para los vanos. Me dedicaré solo a Dios".

Maria Antònia Munar recibida por el papa Juan Pablo II con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Miquel Costa i Llobera

Maria Antònia Munar recibida por el papa Juan Pablo II con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Miquel Costa i Llobera / Diario de Mallorca

Munar encabezó en 2004 a la delegación mallorquina que viajó a Roma

El inicio de la tramitación en el Vaticano de la causa coincidió con una visita a Roma de una delegación mallorquina de 160 personas encabezada por la entonces presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, que fue recibida brevemente por Juan Pablo II tras una audiencia general en la que el pontífice tuvo un saludo especial para Mallorca. Aquella visita coincidió con el periodo en el que el diplomático mallorquín Jorge Dezcallar fue embajador de España en el Vaticano, donde se celebró una recepción para el grupo mallorquín.

Además, la delegación organizó un concierto del Cor del Teatre Principal en la Basílica de San Pedro y visitó algunos de los enclaves de Roma ligadas a Costa i Llobera, donde residió, estudio, escribió y se ordenó sacerdote entre 1885 y 1890.