SANIDAD

Las Urgencias del hospital de Son Espases, entre las 10 más criticadas del país

El informe anual de la Asociación El Defensor del Paciente apunta a que los usuarios de las islas aguardan de promedio 8 días más (121) que la media del país (113) para ser operados

En momentos puntuales de verano e invierno la elevada demanda provoca imágenes como esta.

En momentos puntuales de verano e invierno la elevada demanda provoca imágenes como esta. / Diario de Mallorca

I. Olaizola

I. Olaizola

La Asociación El Defensor del Paciente, en su informe anual correspondiente al año pasado, sitúa a Balears en buen lugar al señalar que encabeza la zona baja de la estadística (puesto 15 entre las 17 CC AA , todas las anteriores con más denuncias) con 188 casos reclamados de los cuales tan solo 6 se solventaron con resultado de muerte.

No obstante, la sanidad pública balear descolla por dos aspectos negativos. Uno de ellos, el servicio de Urgencias de Son Espases que se encuentra en el puesto número 7 de entre los diez hospitales del país que más reclamaciones han recibido por una deficiente atención en esos servicios.

«Son servicios con deficiencias similares como ha quedado de manifiesto en repetidas etapas a lo largo del año: pacientes hacinados por falta de espacio, insuficiente número de camas, horas de espera hasta recibir asistencia, colapso brutal, errónea gestión organizativa», apunta la asociación algunas de las disfunciones comunes a todos ellos.

El segundo sería la lista de espera quirúrgica. El Defensor del Paciente explica que a 30 de junio del año pasado había en el conjunto del Estado un total de 742.518 personas esperando una operación una media de 113 días. Pues bien, 14.381 de ellas lo hacían en Balears durante 121 días de promedio, 8 más que la espera media en un país de grandes desigualdades donde catalanes y aragoneses aguardan 151 días para acceder a un quirófano público frente a los 64 que lo hace un vasco.

Cifra más baja en diez años

Volviendo al análisis integral de las denuncias recibidas en Balears, estas han bajado en 13, lo que supone un descenso del 6,5%. La comunidad balear vuelve a registrar la cifra más baja de denuncias de la última década. De media se suelen presentar unas 232 reclamaciones y en este último ejercicio se han producido 44 casos menos de las habituales. 

El análisis de la asociación sobre la situación asistencial en este archipiélago concluye que «la radiografía del IB-Salut nos muestra una situación enrevesada por culpa de las listas de espera» y la citada mayor demora media. 

«Traumatología y Oftalmología, son los procesos quirúrgicos donde los valores repuntan con mayor número de pacientes, mientras que cirugía plástica con 226 días y neurocirugía con 193 son las especialidades que acumulan mayor demora. Al respecto, los 18 millones invertidos a lo largo de 2022 para reducirlas apenas se han notado», estima. 

«La desacertada gestión sanitaria del Ejecutivo balear», continúa su disección, nos muestra su principal resquebrajo en la falta de profesionales. Balears precisa unos 800. Especialmente oncólogos, pues en Eivissa y Formentera ha habido que suspender consultas presenciales y efectuarlas de manera telemática. La escasez de pediatras también es acuciante. Y la situación en Atención Primaria es demencial, donde serían necesarios unos 350 facultativos».

La sanidad pública ha entrado en terreno pantanoso con un insuficiente gasto per cápita que obligaría a elevarlo hasta el 7,2% del PIB para poder alcanzar la media europea de 2.746 € por persona frente a los 2.027€ que destina este país. Por todo ello sería necesario un pacto estatal por la sanidad Pública, concluye el Defensor.

Grabar la operación para futuras reclamaciones

El Defensor del Paciente asegura que lleva 25 años recogiendo miles de denuncias de pacientes muchas de las cuales no pueden prosperar por falta de prueba de qué es lo que ocurrió verdaderamente en el quirófano. Recuerda asimismo que hoy en día «la prueba principal es la hoja quirúrgica, documento que es elaborado precisamente por el cirujano que presuntamente habría actuado de forma negligente. 

«Es incomprensible cómo bien entrado el siglo XXI y en plena era digital, no se lleve a cabo un registro audiovisual de la operación que serviría para aportar luz tanto en los casos de mala praxis como en las denuncias infundadas», lamenta.

Consciente de la inviabilidad de establecer por ley la grabación de todas las intervenciones quirúrgicas, el Defensor sí las reclama «para todas aquellas en las que lo solicite el paciente o tengan una complejidad previsible que lo aconseje».

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