Las tiendas de mascotas de Mallorca prevén cierres por la ley de bienestar animal: «Es la ruina»

Negocios de la isla vaticinan el colapso del sector cuando se apruebe la norma que prohíbe comercializar animales en los establecimientos - «Se van a perder puestos de trabajo, dudo que podamos vivir de vender accesorios», señalan en Canyplant

(VÍDEO) Ley de bienestar animal | Estos son los animales que ya no se podrán tener en casa

Bernardo Arzayus

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Las tiendas de mascotas de la isla anuncian cierres y despidos cuando entre en vigor la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales que tramita el Congreso de los Diputados y que prevé cambios relevantes como la prohibición de vender en tiendas perros, gatos, hámsters, hurones, cobayas, conejos y buena parte de los pájaros que ahora se comercializan. Se podrán seguir adquiriendo perros y gatos, pero solo a través de criadores registrados.

«Si la ley sale adelante cerraré de manera automática, será la ruina. Una cosa es regular y otra prohibir. Además, científicamente hablando la ley no tiene ni pies ni cabeza», señala Benjamín Crespo, de Ornibalear, donde comercializa pájaros y productos para la ornitología deportiva. Y subraya que el veto a buena parte de aves previsto en la ley le aboca al cierre. «Llevamos abiertos un año y medio y esto nos mata. Desde que abrí todo han sido pegas, pero si aprueban la ley nos tumbarán. A nosotros y otros catorce mil puestos en España», afirma.

Tiendas de mascotas prevén cierres por la ley de bienestar animal: «Es la ruina» | GUILLEM BOSCH

Javier Gual considera que su tienda, Tucán, está abocada al cierre cuando se apruebe la ley. / Guillem Bosch

En los últimos años muchas tiendas de animales han dejado de vender perros y gatos por los rigurosos controles que rigen en este sector y por la competencia desleal del mercado negro —venta de animales entre particulares que crían—. Canyplant es una de las contadas excepciones que hay en la isla, y también uno de los negocios que más va a sufrir las restricciones de la futura ley.

«Se van a perder puestos de trabajo de profesionales con quince o veinte años de experiencia», advierte Nora Zaaraoui, responsable de la tienda. «Quien compra un perro también compra los accesorios, y dudo mucho que podamos vivir solo de vender complementos. En la tienda trabaja gente especializada en el cuidado y limpieza de los perros que perderían su trabajo», señala.

Cerca de cumplir 30 años, el propietario de la Pajarería Guzmán, Juan Guzmán teme por su futuro si se confirma el veto a la venta de animales.

Cerca de cumplir 30 años, el propietario de la Pajarería Guzmán, Juan Guzmán teme por su futuro si se confirma el veto a la venta de animales. / B. Ramon

Rechaza que comercializar animales en una tienda provoque una merma en su bienestar. «Los cuidamos como si fueran nuestros, y si enferman sufrimos por ellos y estamos muy encima. No es solo vender perros, es dar alegría a una familia y nos encanta cuando vienen y se emocionan. Tenemos clientes que nos compraron un perro hace 17 años y cuando ha muerto han vuelto a comprarnos otro porque saben que pueden confiar en nosotros», subraya Zaaraoui.

En todos los negocios consultados han constatado un descenso de las ventas por lo que ya ha trascendido de la ley. También en la Pajarería Guzmán, establecimiento que en mayo cumplirá 30 años abierto. «La venta de animales en Navidades ha sido malísima comparada con otros años porque la gente se cree que si compra un animal, en unos meses estará prohibido tenerlo», afirma Juan Guzmán.

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Bernardo Arzayus

"La jaula no se vende si no vende el pájaro"

«Vivimos de los animales y de los complementos; la jaula no se vende si no vendes un pájaro. Así que perderemos todo el negocio. Si la ley sale adelante tendremos que reinventarnos e intentar buscar otras salidas», lamenta. «Hay una parte de la ley que era necesaria como controlar la venta y la cría ilegal. Pero si nosotros tenemos toda la documentación y los permisos que la ley nos exige, no entiendo por qué nos tratan de la misma manera», critica.

En Tucán se respira el mismo pesimismo. «A largo plazo nos vemos abocados al cierre porque si no hay animales, tampoco venderemos los accesorios. Ahora puedes tener un hámster, un periquito o un conejo, pero en pocos años ya nadie los tendrá y todo el negocio de venta de jaulas y alimentación desaparecerá con ellos», explica Javier Gual.

Y argumenta contra la prohibición de vender animales: «Ya nacen en cautividad, no los cogen de la naturaleza. Desde que nacen están acostumbrados a los hábitats que reproducimos en las tiendas. Es lamentable que para solucionar un problema opten por prohibir».

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