BOULEVARD

Un abogado se dirige a la Audiencia para «evitar escenas de un fiscal lloriqueante»

Unanimidad de los titulares de la prensa madrileña sobre la solución a la crisis de Ciudadanos, «La lista de Inés Arrimadas derrota a Edmundo Bal», ni rastro de la ciudadana mallorquina

Cándido Conde-Pumpido recibió siendo fiscal general del Estado a Jaume Matas, que se sintió tranquilizado tras la reunión.

Cándido Conde-Pumpido recibió siendo fiscal general del Estado a Jaume Matas, que se sintió tranquilizado tras la reunión. / BERNARDO RODRIGUEZ

Matías Vallés

Matías Vallés

Es duro ser mallorquín, no te puedes relajar ni un momento. Repasando los textos famélicos que Més cree haber escrito en inglés para suplicar el voto de los invasores, esperemos que a partir de ahora a ningún florón nacionalista se le ocurra criticar el catalán ajeno. Utilización errónea de «that» y «for», ignorancia dolosa de la palabra «locals», traducciones disparatadas por literales.

Vayamos con la realidad. Siempre en vanguardia, el primero y el último proceso por sedición de España tuvieron lugar en Mallorca, ambos con base en Son Sant Joan. El primero fue protagonizado por los controladores aéreos, y el segundo por otro tropel de marroquíes que abandonaron un avión aterrizado bajo un subterfugio, en uno de los mayores ridículos de la historia local. Si hubieran pretendido atentar, nadie se lo habría impedido.

Entre la veintena de marroquíes que llevan quince meses en prisión, uno ha tenido la suerte de contar como abogado de turno de oficio con Tomeu Vidal, conseller de Cultura en la era dorada de Cañellas, presidente del Mallorca en Primera División y miembro en la actualidad del Consell Consultiu. En su escrito de conclusiones previas de defensa, el letrado pide la absolución de su representado ante la Audiencia Provincial de Palma, porque «es nuestro deseo evitar escenas de un fiscal lloriqueante». Por lo visto, se ha propalado el temor de que el protocolo lacrimógeno impuesto en el «caso Cursach» se convierta en norma habitual.

El jurista Vidal se pregunta sobre el citado fiscal, «¿es que antes de llorar no supo que iba huérfano de material probatorio para destruir la presunción de inocencia de los acusados, y en consecuencia no podía mantener la acusación?». Alcanzada la velocidad de crucero, el defensor propone a la Audiencia que «esquivemos situaciones sorprendentes en las que eminentes letrados aplauden con fruición aquello en lo que tuvieron que plantarse y les faltó coraje». Y ya en alusión directa a los magistrados que juzgarán a los marroquíes, «evitemos a un tribunal la emoción de absolver unas acusaciones que nunca debieron haber llegado ante él». Amén a la justicia emociona, el respeto hay que ganárselo.

Por cierto, Villarejo ha sido absuelto por la Audiencia de Madrid en uno de sus juicios, sin que la fiscalía llorara pidiendo perdón por mantener una acusación falsa y descalificada agriamente por el tribunal, que sospechosamente tampoco derramó lágrima alguna. Ni siquiera se ha desvirtuado la imagen del comisario, a quien se sigue considerando uno de los mayores peligros de la democracia. En Mallorca le aplaudirían y llorarían con él. En Sicilia, también.

Colocamos a una mallorquina al frente de un partido estatal, y tenía que ser Ciudadanos. Imbuidos de patriotismo, repasamos los titulares de la prensa madrileña tras la victoria de Patricia Guasp. En la gavilla, El Confidencial: «La opción de Arrimadas se impone a la de Edmundo Bal en las primarias de Ciudadanos». Infolibre: «La lista encabezada por Arrimadas se impone a Edmundo Bal». Público: «Edmundo Bal pierde las primarias de Ciudadanos frente a la lista de Arrimadas». Eldiario.es: «La candidatura de Inés Arrimadas gana las primarias de Ciudadanos a la de Edmundo Bal». El País: «La lista apoyada por Inés Arrimadas se impone a Edmundo Bal en las primarias de Ciudadanos». Es decir, se distingue al perdedor con nombre y apellidos, pero no aparece el nombre de la supuesta vencedora. Ha nacido una estrella, pero no está claro que se trate de Patricia Guasp.

Lo que es bueno para Madrid suele ser malo para Mallorca. En la imagen que hoy nos ilustra, se observa con nitidez el motivo que desaconsejaba el nombramiento de Cándido Conde-Pumpido como presidente del Tribunal Constitucional. Tras la intervención del ayuntamiento corrupto de Andratx, el entonces fiscal general no solo recibió extrañamente a Jaume Matas, sino que el president de Balears se sintió «tranquilizado» tras la reunión. El alto cargo de Zapatero le transmitió «que no es verdad que hoy exista una presunción de delitos de corrupción en otros ayuntamientos» de Mallorca. Y luego está la navegación en yate de hotelero insular. En fin, que la opción beneficiosa para la nación se llamaba María Luisa Balaguer, así que no salió.

Reflexión dominical tipográfica: «Se coló una errata, no es democracia occidental sino accidental».

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