Tribuna

Un policía para cada 150 mujeres maltratadas en Baleares: un disparate asumido porque solo importa llenar hoteles

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

La lucha contra la violencia machista en Balears tiene una enorme laguna que se mide por la cifra de agentes destinados al seguimiento de mujeres en riesgo: uno por cada 150. El archipiélago es la comunidad autónoma con peor ratio del Estado y a la vez la que más denuncias registra, un disparate asumido porque aquí solo importa llenar hoteles.

Es una tasa de (des)protección policial propia de la época en la que la violencia de género se llamaba violencia doméstica. A juzgar por los recursos destinados en las islas a erradicar las agresiones contras las mujeres, el compromiso que dicen asumir los responsables del Ministerio del Interior es solo verbal, que no vale para nada pero sale mucho más barato.

Esta ratio de la vergüenza supone una discriminación para las mujeres en riesgo que viven en Balears en comparación con las del resto del Estado, donde la tasa es de un agente por cada 60 víctimas de media. Y conforta a los agresores, que en Balears disfrutan de la peor vigilancia del país.

La protección policial previene agresiones y asesinatos, pero en las islas es el eslabón más débil de la cadena. Un agente por cada 150 mujeres es lo mismo que diez agentes para las 1.500 mujeres que precisan protección en las islas. Unas ratios que deberían hacer sonar las alarmas en unos cuantos despachos de Mallorca, incluidos aquellos cuyos ocupantes solo se alarman cuando llega una pandemia y aterrizan menos turistas.

Ya se sabe que el combate contra las violencias machistas se libra desde muchos frentes, pero es difícil convencer a un policía de que venga a trabajar al archipiélago y se deje la mitad de su sueldo en el alquiler. Otro problema que tampoco se resolverá esta legislatura.

Las administraciones están fallando a las víctimas cuando las animan a denunciar y a cambio les ofrecen una pírrica vigilancia policial. Y juegan con fuego en un archipiélago fecundo en denuncias y en mujeres que han solicitado acogerse al protocolo de protección.

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