Menores delincuentes en Baleares: debutan cada vez más jóvenes y con hechos más graves

Los casos que Fiscalía tiene que archivar de jóvenes inimputables al tener menos de 14 años ya no son por hurtos o vandalismo: «Hablamos de agresión sexual, violencia de género y hacia los padres, lesiones, robos violentos, acoso e incluso alguna tentativa de homicidio»

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Los menores infractores debutan cada vez antes en la delincuencia y con hechos más graves. El número de casos que la Fiscalía de Menores archiva cada año en Baleares protagonizados por jóvenes que no son imputables al tener menos de 14 años va al alza (entre los 200 y 300 casos) y los motivos ya no son tanto pequeños hurtos o episodios de vandalismo, sino delitos más graves

«Hablamos de delitos contra la libertad sexual, violencia contra los padres, violencia contra la pareja, robos con violencia, acoso escolar y en redes sociales, tráfico de drogas, delitos contra la integridad moral, lesiones e incluso alguna tentativa de homicidio». Así lo advierte el fiscal de Menores José Díaz Cappa, que asegura que en los dos últimos años han aumentado un 25% los asuntos relacionados con menores. Según explica a este diario, Fiscalía de Menores, que ha tenido que aumentar la plantilla con un fiscal más para hacer frente al incremento de trabajo, ha constatado la existencia de una «comunidad delictiva» cíclica, un grupo de unos 30 menores de entre 12 y 14 años que cada año cometen hechos delictivos «serios». Los componentes de esta comunidad van cambiando, pero siempre hay un grupo de infractores de esta franja de edad. Y la mayoría, subraya, reinciden. 

En 2021 un grupo de seis adolescentes (cuatro de ellos menores de 14 años) quemaron en Palma un coche en el que vivía una mujer sin hogar

En 2021 un grupo de seis adolescentes (cuatro de ellos menores de 14 años) quemaron en Palma un coche en el que vivía una mujer sin hogar / X.P.

Edad penal

Díaz Cappa hace años que defiende revisar lo que señala Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor, que fijó que hasta los 14 años a los jóvenes no puede atribuírseles responsabilidad penal, al entender que los delitos cometidos a estas edades no eran «de gran trascendencia» y se limitaban a actuaciones contra el patrimonio y no contra la integridad física de las personas. «Esto ya no es así», indica, «los hurtos, el robo de un ciclomotor... eso ahora son una minoría de los casos protagonizados por menores de 14 años», señala el fiscal, que ha ido dando cuenta de esta evolución en las memorias que se encarga de redactar cada año. 

Ante este cambio, él defiende revisar la mayoría de edad penal, y que en los casos más graves cometidos por jóvenes de entre 12 y 14 años estos sí tengan responsabilidad ante los tribunales, pudiendo valorar una serie de medidas específicas de reforma para trabajar con ellos y con el objetivo de que no reincidan. Aunque hace tiempo que defiende esta idea, el fiscal es consciente de que el debate «no está sobre la mesa».

José Díaz Cappa, fiscal jefe responsable de Menores en Baleares

José Díaz Cappa, fiscal jefe responsable de Menores en Baleares / DM

¿Cuándo y por qué se produjo ese cambio? ¿En qué momento se rebajó la edad de debut en la delincuencia y se agravaron los casos protagonizados por menores de 14 años? El veterano fiscal ve claro el punto de inflexión: «Fue a finales de 2008, cuando empezaron a popularizarse las redes sociales». La irrupción de esta nueva manera de comunicarse, de difundir y recibir información de todo tipo, ha cambiado a los niños y jóvenes: «Lo menores de ahora no son los del año 2010».

"Los menores de ahora no son los de 2010", señala el fiscal Díaz Cappa, que ve el uso de las redes sociales y la pérdida de referentes adultos como el motivo del cambio en el tipo de delitos que cometen los menores

 «Las fuentes de información para ellos ya no son los adultos, ahora son ellos mismos y la gente con la que hablan a través de las redes sociales, no sienten la necesidad de preguntar a los adultos, ha habido una pérdida de esos referentes y un cambio de mentalidad por su parte», prosigue, «viven situaciones contradictorias, ya que por un lado están muy empoderados, toman decisiones importantes en múltiples ámbitos de la vida, como en sus relaciones sexuales, pero después no hay esfuerzo ni se exige responsabilidad». En su opinión, hay que trabajar ahí y «no excluir a los menores de su propio proceso de recuperación».

Violencia de género y educación

Ante los casos de violencia de género protagonizados por chicos tan jóvenes (y ante indicadores preocupantes, como que el 15% de los adolescentes cree que la violencia de género es «un invento ideológico», según reveló un barómetro realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud en 2022) surge otra pregunta: ¿Por qué estamos en esta situación si nunca como ahora había habido tantos talleres de coeducación y sesiones de igualdad y tantos maestros y docentes implicados y sensibilizados con la cuestión? ¿No avanzamos?

El fiscal defiende la educación como herramienta «imprescindible» para combatir la violencia de género, pero razona que los resultados «son generacionales» y el «cambio de mentalidad no es a golpe de imponer sino de trabajar con ellos e ir asumiendo». 

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