Navidad en Mallorca: «Mis hijos tendrán regalos de Reyes gracias a la solidaridad»

La Fundació Monti-Sion Solidària repartió ayer miles de juguetes a unos 500 niños de familias vulnerables de la isla | «Esto es un golpe de realidad», cuenta una voluntaria

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Melchor, Gaspar y Baltasar están en la semana más atareada del año, pero aún así han tenido tiempo para pasar por la Fundació Monti-Sion Solidària, como cada año, cargados de miles de regalos. El rey de los cabellos blancos fue el encargado de recibir a los más de 500 niños que fueron pasando ayer por la sede de la ONG para entregarles sus cartas y escoger sus juguetes favoritos.

La Navidad ha llegado este año bajo la sombra de un año con la inflación disparada y la mayoría de familias vulnerables, cada vez más empobrecidas, tienen que mirar con lupa los precios y resolver cálculos imposibles para llegar a fin de mes; un contexto complicado de explicar a los niños, que esperan desde hace semanas la noche de los Reyes Magos.

"Tuve que explicarles a mis hijos que no tendrían Papá Noel porque mamá no trabaja"

Es el caso de Sonia (nombre ficticio), de 40 años: «Tuve que decirle a mis dos hijos que este año no tendrían Papá Noel porque mamá no trabaja. Al final, han podido tener regalos de Reyes gracias a la solidaridad de la fundación», comenta emocionada mientras su hijo de tres años le enseña un cuento que le han ofrecido los voluntarios. Sonia vive desde hace años en Mallorca, pero la pandemia la dejó sin trabajo y una dura separación terminó de poner patas arriba su vida. Mientras busca empleo, se apoya en la ONG para alimentar a sus hijos y devolverles la ilusión por la Navidad.

Los voluntarios de Monti-Sion Solidària, en colaboración con más asociaciones, empresas, instituciones y, por supuesto, Sus Majestades de Oriente, han trabajado durante todo el año recuperando juguetes usados para que ayer estuvieran impecables y como nuevos. Los cientos de niños de hasta diez años inscritos en el programa alimentario de la entidad pudieron beneficiarse ayer de la entrega de juguetes, que contó incluso con un sorteo para repartir de forma aleatoria los regalos más valiosos, como una bicicleta, un patinete de Harry Potter o una Rapunzel gigante.

Ayer fue un día ilusionante en Monti-Sion, y no solo para las familias: también para el centenar de voluntarios que participaron, que por fin pudieron ver cómo el trabajo de todo un año se traducía en la ilusión y felicidad de los más pequeños. Águeda, de 17 años, es una de las jóvenes más veteranas entre el voluntariado. Además de cursar segundo de Bachillerato, saca tiempo para trabajar todos los jueves en el reparto de alimentos que realiza la fundación. «Aprendo muchísimo: esto es como un golpe de realidad todas las semanas. Me ayuda a apreciar y agradecer todo lo que tengo», reflexiona la joven voluntaria, que a su corta edad ya ha visto y escuchado historias para no dormir.

"Somos de Ucrania, mi marido y mi padre se han tenido que quedar allí"

Como la de Kateryna Okatieva, que huyó de la guerra de Ucrania con las mujeres de su familia y ha acabado en refugiándose en Mallorca: «Somos de Járkov, un país destrozado por las bombas, y mi marido y mi padre se han tenido que quedar allí, los hombres no pueden salir del país. Es duro continuar sin ellos, los echamos mucho de menos», comenta.

La ucraniana de 28 años, que primero se alojó con una familia en Alaró y ahora vive en Palma gracias a la ayuda de la fundación Monti-Sion, pudo devolverles ayer a sus hijos Mateo y Platón, de tres y dos años, la felicidad con juguetes y regalos esta Navidad después de un durísimo año de exilio forzado: «Ahora estamos intentando asentarnos y aprender el idioma para buscar trabajo», explica.

Hace doce años que la fundación puso en marcha este proyecto bajo el nombre ‘Ningún niño sin juguetes’ para paliar en Mallorca la brecha social y la pobreza infantil, que en Navidad se hace más visible que nunca. Uno de los retos, además de proveer de regalos a todas las familias que lo necesitan, es que los juguetes se entreguen siempre limpios y en buen estado, a pesar de ser reciclados. Las familias encontraron ayer miles de libros, peluches, puzzles, muñecos y juegos de mesa; algunas se las llevaron a casa ayer, y otras tomaron nota de los juguetes que más ilusión les hace a sus pequeños para comunicárselo a Sus Majestades de Oriente.