Primaria tendrá aparatos para saber qué infección es vírica y cuál bacteriana

Los centros de salud de Mallorca contarán desde enero con medidores que ajustarán la prescripción y reducirán la resistencia a los antibióticos

Medidores de la proteína C reactiva: 1 El aparato medidor. 2 Se ha de programar el tipo de prueba. 3 Se pincha en el lateral del dedo y se desecha la primera gota de sangre. 4 Se coloca la muestra en el disco medidor. 5 Se cierra herméticamente. 6 Se introduce en el aparato. 7 En seis minutos se tienen los resultados del test.

Medidores de la proteína C reactiva: 1 El aparato medidor. 2 Se ha de programar el tipo de prueba. 3 Se pincha en el lateral del dedo y se desecha la primera gota de sangre. 4 Se coloca la muestra en el disco medidor. 5 Se cierra herméticamente. 6 Se introduce en el aparato. 7 En seis minutos se tienen los resultados del test. / DM

I. Olaizola

I. Olaizola

La resistencia a los efectos de los antibióticos por su consumo excesivo es una bola de nieve que esta alcanzado proporciones gigantescas ya que se estima que en el año 2050 esta pérdida de eficacia de los fármacos provocará la muerte de cincuenta millones de personas cada año.

Y es que muchas veces se prescriben por error antibióticos para infecciones víricas en las que no tienen ningún efecto terapéutico. Casi todo el mundo está al tanto que una gripe, provocada por un virus estacional, se cura con paracetamol y reposo, nunca con antibióticos.

Con el objeto de reducir esta resistencia creciente a estos últimos fármacos, de la que todo el mundo alerta que se convertirá en el primer problema de Salud Pública en los años venideros, el Servei de Salut ha adquirido unos medidores de la proteína C reactiva que permitirán a los médicos de cabecera determinar con certeza que el catarro que manifiesta su paciente en vías bajas está provocado por una bacteria o por un virus y, de esta manera, no prescribirle un medicamento que no le servirá nada ahora e incluso será menos efectivo en el futuro.

Fuentes del IB-Salut señalaron que los síntomas de un resfriado de las vías bajas, que puede estar provocado tanto por un virus como por una bacteria, son prácticamente indistinguibles, lo que favorecería un error en el diagnóstico y la prescripción que se pretende evitar con la adquisición de esta tecnología para aumentar la capacidad resolutiva de los dispositivos asistenciales que constituyen la puerta de entrada a la sanidad pública para la ciudadanía.

Medidores de la proteína C reactiva: 1 El aparato medidor. 2 Se ha de programar el tipo de prueba. 3 Se pincha en el lateral del dedo y se desecha la primera gota de sangre. 4 Se coloca la muestra en el disco medidor. 5 Se cierra herméticamente. 6 Se introduce en el aparato. 7 En seis minutos se tienen los resultados del test.

Medidores de la proteína C reactiva: 1 El aparato medidor. 2 Se ha de programar el tipo de prueba. 3 Se pincha en el lateral del dedo y se desecha la primera gota de sangre. 4 Se coloca la muestra en el disco medidor. 5 Se cierra herméticamente. 6 Se introduce en el aparato. 7 En seis minutos se tienen los resultados del test. / DM

Por ello, desde el Servei de Salut abundaron que se adquirirán un total de 46 de estos medidores y que, tras un periodo de formación sobre su uso que previsiblemente se extenderá a lo largo de todo este mes de enero, ya podrán ser usados en todos los centros de salud de Mallorca. Se estima que los centros de salud realizarán unas 4.600 pruebas de este tipo al año.

Las infecciones del tracto respiratorio inferior se encuentran entre las infecciones agudas más comunes entre los motivos de consulta de Atención Primaria.

Y a pesar de que se trata de infecciones generalmente causadas por virus se han asociado a la prescripción de antibióticos. Esta prescripción innecesaria expone a los pacientes a reacciones adversas, puede fomentar la necesidad de asistencia repetida y contribuye al empeoramiento de las tasas de resistencia a antibióticos.

La proteína C reactiva indica lesión sin discriminar entre infección, traumatismo o inflamación pero en un contexto clínico adecuado puede utilizarse como marcador de infección ayudando al médico de familia en el manejo del paciente y la elección del tratamiento más adecuado.

Se trata de una prueba muy sencilla que requiere la toma de una muestra de sangre capilar pinchando la yema del dedo, como se hace en una prueba de glucemia para medir los niveles de azúcar en sangre, y obtiene los resultados en pocos minutos.

Su utilización en Atención Primaria ha demostrado que conlleva una reducción significativa de la prescripción de antibióticos.

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