Alquileres de 800 euros en Corea pese a que el barrio acelera su degradación

Esta deprimida zona de Palma se contagia de la burbuja inmobiliaria a pesar de su abandono y elevada exclusión social - «Aquí viven dos tipos de personas: familias normales y gente metida en la droga para los que cuanto peor, mejor»

Un coche calcinado en Corea el pasado miércoles.

Un coche calcinado en Corea el pasado miércoles. / B.RAMON

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Corea no levanta cabeza, pero no es obstáculo para que se haya contagiado de la fiebre de los alquileres disparatados que aqueja a toda Palma. Según ha podido saber este diario, las viviendas de una de las barriadas más degradadas de la ciudad ya se alquilan por 800 euros, una renta fuera de lo común en un entorno pendiente de una rehabilitación integral que nunca se materializa.

La cifra es estratosférica en un rincón de Palma en el que la mayoría de las viviendas sufren una acusada degradación y en un entorno en el que se acumula la basura. Pese a todo, esos 800 euros están en línea de una ciudad que valora el precio medio de alquiler en doce euros el metro cuadrado.

La basura forma parte del paisaje habitual de Corea.  | B. RAMON

La basura forma parte del paisaje habitual de Corea. | B. RAMON / Jaume Bauzà

Sin ir muy lejos, los alquileres en Camp Redó y en la adyacente calle Cotlliure, objeto de una prometida rehabilitación por parte del Ayuntamiento de Palma, también están por las nubes. La gran mayoría superan los mil euros y algunas viviendas próximas a Corea incluso se acercan a los dos mil.

Coches calcinados

El pasado miércoles las características calles de esta popular barriada estaban sembradas de basura. Llamaba la atención un vehículo incendiado pocas horas antes, un tipo de sucesos recurrente en la zona. Bolsas con residuos colgaban en postes de electricidad y junto a las viviendas se amontonaban trastos y muebles abandonados.

«En Corea viven dos tipos de personas: gente normal, familias con mayores y niños que hacen su vida; y gente problemática metida en la droga que forma grupos para vender en la zona. A estos narcos no les interesa que el barrio mejore porque para ellos cuanto peor, mejor. Se han perdido muchas oportunidades de hacer mejoras», lamenta Biel González del Valle, presidente de la Asociación de vecinos de Cas Capiscol.

Muebles y vehículos abandonados se amontonan junto a las casas.

Muebles y vehículos abandonados se amontonan junto a las casas. / B. Ramon

«Se derribaron varios edificios y la idea era hacer un parque en el espacio que quedara libre, pero enseguida aparcaron sus coches y allí no se ha podido hacer nada. También se rehabilitó un bloque, y el Ayuntamiento tiene que seguir tirando por ese camino. Que siga con actuaciones allí y recupere ese espacio para la ciudad. Sabiendo que es un tema muy complejo porque hacen falta alternativas habitacionales para quienes viven allí», subraya este representante vecinal.

«Las asociaciones de vecinos colaboramos para ayudar. Hace poco hicimos un mercadillo navideño e intentamos que el parque de Son Simonet se rehabilite. Está Corea, y también las personas sin techo de Ca l'Ardiaca que vienen a pasar el rato al parque o frente al Mercadona. ¿Pero qué vas a hacer? Se invierten muchos recursos públicos en limpieza y en servicios sociales, que hacen un muy buen trabajo con los menores, pero chocamos con unos intereses muy fuertes», lamenta González del Valle.

Okupaciones

A comienzos de esta legislatura el Ayuntamiento de Palma derribó el bloque VIII de Corea, ubicado en la calle Infant Pagà, pero esta línea de actuaciones no ha tenido continuidad. También se reformaron algunas viviendas, pero concluirá otra legislatura sin que se haya llevado a cabo una rehabilitación integral de esta deprimida zona de Palma habitada por familias en situación de vulnerabilidad severa.

Cartel reivindicativo en el parque de Son Simonet.

Cartel reivindicativo en el parque de Son Simonet. / B. Ramon

Parte de las viviendas pertenecen al Patronat Municipal de l’Habitatge de Palma, que las destina a alquiler social. Sin embargo, sufren okupaciones de manera recurrente, como buena parte de los edificios de la barriada, y recuperarlas implica una inversión en tiempo y más recursos.

Suscríbete para seguir leyendo