Programa de trasplantes de órganos del hospital Son Espases: «Muchos extranjeros acceden por el amor que sienten por Mallorca»

Las Urgencias de Son Espases, en una imagen de este mes de enero.

Las Urgencias de Son Espases, en una imagen de este mes de enero. / Manu Mielniezuk

I. Olaizola

I. Olaizola

Elena y Neus son dos intérpretes que trabajan en el servicio de Atención al Paciente extranjero de Son Espases pero que también participan, y de forma muy entusiasta y activa, en el programa de trasplantes de órganos del hospital de referencia que, como refleja esta información, es uno de los que más donantes foráneos capta de todo el país.

«La petición de la donación a los familiares es competencia exclusiva del médico», comienza Neus intentando restar importancia a su labor que asegura que se limita a hacer de intérprete de los facultativos.

«Ayudamos a comunicar las malas noticias a las familias porque es un shock para ellas que les digan que un familiar tan cercano va a fallecer en breve. También les ayudamos con la burocracia, con los trámites judiciales, los certificados e informes de defunción, los traslados de los restos a sus países de origen...somos el enlace de la familia con el hospital», recapitula.

«Somos mediadores entre el médico y el hospital con las familias», matiza su compañera Elena añadiendo que resuelven todas las dudas que les plantean, tras consultarlas con los facultativos, sobre, por ejemplo, el número de órganos que les van a extraer.

Preguntada por los motivos del éxito de la captación de estos donantes foráneos que tradicionalmente son más reacios a esta acción altruista en sus países de origen, Elena apunta a que «el trato es muy cercano, se sienten muy arropados. Además les facilitamos la información de forma clara y sencilla, con total transparencia».

También juega a su favor el hecho de que estén disponibles las 24 horas del día los 365 días del año. «¿Que cómo nos organizamos para sacar adelante este trabajo? Con un busca y yéndonos de vacaciones un máximo de 15 días para no dejar sola a la compañera», señalan sin ningún atisbo de reproche por estas onerosas condiciones laborales.

Preguntadas por último por alguno de los momentos mas emotivos que han vivido realizando esta labor, Neus revela la historia de un chico extranjero que residía en Mallorca durante el reciente confinamiento poblacional que se convirtió por hechos que no quiere desvelar en candidato a la donación. «Vinieron sus dos padres, que eran mayores, y se ofrecieron ellos y lo donaron absolutamente todo. Lamentablemente, el padre contrajo una enfermedad grave al regresar a su país y falleció. La madre ha vuelto varias veces desde entonces a visitarnos al hospital».

A Elena no se le olvida el dolor de las parejas de los donantes por la pérdida del «amor de su vida. Y muchas acceden a donar por el amor que sienten por Mallorca, porque quieren que los órganos de sus seres queridos se queden en la isla», concluye.

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