Playa de Palma

Una mallorquina lanza un ‘crowdfunding’ para insonorizar su casa en la calle del Jamón

«El ruido me tiene desesperada, los ataques de ansiedad son mi día a día y he tenido que dejar las oposiciones», cuenta Joana Maria Cirer

Lanza un ‘crowdfunding’ para insonorizar su casa en la calle del Jamón

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Trastornos del sueño, estrés, ataques de ansiedad y migrañas son algunos de los síntomas que sufre Joana Maria Cirer desde que en en mayo se mudó a la calle del Jamón, en el corazón del desmadre del Playa de Palma. Esta mallorquina de 24 años ha registrado hasta diez solicitudes en el ayuntamiento de Palma para pedir ayuda para insonorizar su vivienda, pero no ha servido de nada. Las autoridades municipales no responden y la Policía justifica que se ha ido a vivir «a la peor calle de Mallorca» y que esta problemática sucede desde hace años.

«El ruido me tiene desesperada. No hay un solo rincón dentro de mi propia casa en el que encuentre silencio y tranquilidad», explica Cirer en palabras a este diario: «Cuando me mudé aquí pensé que podría tolerarlo, no imaginaba ni de cerca esta pesadilla. He tenido que dejar las oposiciones porque era imposible estudiar».

La tortura acústica que vive esta joven la ha llevado a medicarse con ansiolíticos y antidepresivos para soportar el día a día, que por lo menos en invierno es más llevadero porque la calle apenas tiene actividad. Volver a mudarse tampoco es una opción, comenta, porque no tiene suficiente solvencia para afrontar un alquiler y su piso en la calle del Jamón es una vivienda familiar. «Pero la idea de volver a vivir lo que he vivido este verano me tiene horrorizada, me da pánico», añade.

Objetivo: 10.000 euros

Ante el silencio del Ayuntamiento y la pasividad de las autoridades policiales, Cirer ha decidido quemar el último cartucho: lanzar un ‘crowdfunding’ para pedir ayuda para insonorizar su casa. «Me piden 10.000 euros y no dispongo de recursos económicos para pagar esa cantidad», señala.

La joven ha puesto en marcha la iniciativa en una plataforma digital con la esperanza de recaudar donaciones solidarias para costear la reforma: «Quiero recuperar mi salud mental, quiero sanar», manifiesta en el texto de la publicación, en la que señala directamente a dos locales que le están haciendo «la vida imposible».

La mallorquina Joana Maria Cirer ayer en la calle del Jamón, en la Platja de Palma. | DM

La mallorquina Joana Maria Cirer ayer en la calle del Jamón, en la Platja de Palma. | DM / irene r.aguado. palma

«Tienen la música y el micro a todo volumen, de lunes a domingo, desde por la mañana hasta la madrugada», lamenta: «En casa parece que me estén cantando en la oreja», continúa Cirer. «No hay ni un solo minuto de tranquilidad», comenta a este diario, «porque después de la fiesta vienen los trabajadores de Emaya a limpiar con mangueras a presión, una muestra de toda la basura que deja el incivismo de esta calle». El resultado es una vivienda «inhabitable» todo el año, aunque la situación se acentúa en verano, y lo demuestra con una infinidad de vídeos en los que se escucha el alboroto en la calle y en los locales de ocio.

«Intromisiones ilegítimas»

«No me valen excusas de que ya sabía dónde iba a vivir, creo que todo el mundo tiene derecho a habitar su vivienda sin intromisiones ilegítimas», subraya. Hace pocas semanas se puso en contacto con el gerente de uno de los locales más problemáticos. El responsable le aseguró que está insonorizando su establecimiento, pero Cirer lo ve con recelo: «La Administración les permitirá hacer lo que quieran, no asume que no todos los ciudadanos tenemos el mismo bolsillo y solo atienden a los que más monetizan».

La mallorquina insiste en que no cesará en su lucha y recuerda que tiene el apoyo de sus vecinos, que sufren la misma pesadilla en su día a día: «No tenemos que irnos de nuestras casas porque los demás no cumplan la normativa», insiste. Su última esperanza es que alguien atienda a su grito desesperado y contribuya a reformar la vivienda. Tiene intención de retomar las oposiciones en enero y confía en la solidaridad de los residentes: «Hasta ahora nadie más me ha escuchado, no sé qué más hacer y tengo mucho miedo de vivir lo mismo el verano que viene».

Puedes acceder al 'crowdfunding' aquí.