La reforma del hotel Punta Negra en Mallorca, un proyecto de lujo con 200 millones

Arranca la remodelación de otro icono turístico ahora en manos de la gestora de fondos Blasson - En el proyecto arquitectónico, de «esencia mallorquina», participa Estudio Lamela, firma que también rehabilita el Formentor

Obras de demolición en el complejo Punta Negra.

Obras de demolición en el complejo Punta Negra. / Juan Luis Iglesias

Hace un año, acabando noviembre, otro de los establecimientos icónicos de Mallorca cambiaba de manos. La familia Blanes cedió a los nuevos rumbos que ha tomado la industria turística y se deshizo del hotel Punta Negra con su venta a la gestora de fondos de inversión Blasson Property Investments. Otra joya de la isla protagonizó una de las grandes transacciones hoteleras de 2021, la venta se cerró por 180 millones. Ahora arranca su remodelación para reestrenarse en el verano de 2024 como un referente del turismo de lujo en Calvià.

La reforma de Punta Negra, un proyecto de lujo con 200 millones | DM

Vista del enclave del histórico hotel de Costa d’en Blanes. DM / M.B.Moneo/I.Moure

El Punta Negra surgió a contracorriente en la Costa d’en Blanes. Aunque se construyó en 1965, al albor del turismo de masas, en aquel proyecto imperó la cordura en medio de la avidez por los grandes complejos de cemento para alojar a la gran demanda de visitantes rumbo a Mallorca. Entonces le caracterizó su integración en el entorno y, según los planes de los dueños, con una inversión total de 200 millones, su remodelación será una «intervención muy ambiciosa».

La reforma de Punta Negra, un proyecto de lujo con 200 millones | FOTOS DE JUAN LUIS IGLESIAS

Entrada a la propiedad, vallada por la reforma. | FOTOS DE JUAN LUIS IGLESIAS / M.B.Moneo/I.Moure

En la reseña sobre «un hotel extraordinario a las orillas del mar para disfrutar de la mejor versión del Mediterráneo» que promociona Blasson en su web, se detalla que el proyecto abarca 25.000 metros cuadrados y contará con 137 habitaciones. Está en manos del español Estudio Lamela —que también participa en la controvertida remodelación que se está llevando a cabo en el hotel Formentor— y de HKS, firma internacional estadounidense fundada en Dallas.

La familia Blanes cedió a los nuevos rumbos y se deshizo de la propiedad con su venta a finales del año pasado

El establecimiento, según se describe, se asienta sobre un terreno de 3 hectáreas con diferentes estancias y rincones que reflejan su larga historia y cuenta con acceso directo a dos calas.

Blasson ya cuenta con una primera licencia de demolición de edificios no catalogados, informa el ayuntamiento de Calvià. Dichas obras, si no han terminado ya, estarán a punto de hacerlo. Ahora hay en el Consistorio una segunda licencia en trámite avanzado que se otorgará para la reconstrucción prevista, una vez que ya tiene la licencia de la conselleria de Turismo. Para la reforma se han acogido al decreto 8/2020 que aprobó el Govern en plena crisis por la pandemia y que permite a los hoteles ampliaciones de hasta el 15 % para modernizar instalaciones sin aumentar plazas ni elevar alturas.

Antonio Pan de Soraluce, socio fundador de Blasson, declaraba el pasado junio a este diario que la política del Govern de «mejorar las plazas, no aumentarlas», les parece «muy acertada.

Menos habitaciones

«Vamos a reducir el número de habitaciones originales para hacerlas más grandes y espaciosas», explican ahora desde Blasson. «Sobre todo queremos potenciar y dotar de espacios de restauración» al hotel, «con una oferta extraordinaria y novedosa no solo para los huéspedes, sino para atraer al público local mallorquín».

El Punta Negra es un ejemplo de los establecimientos que se han conservado en Calvià, «con soluciones estéticas basadas en el ‘estilo mallorquín’ denominando así al regionalismo de posguerra», según documentación, disponible en la web del Ayuntamiento, sobre la arquitectura turística en el municipio relativa al auge en la construcción de complejos con la explosión turística, que aborda los estilos adoptados en los primeros hoteles.

Los propietarios se han acogido a la ampliación del 15 % que aprobó el Govern en plena crisis por la pandemia.

Los propietarios se han acogido a la ampliación del 15 % que aprobó el Govern en plena crisis por la pandemia. / Juan Luis Iglesias

En este establecimiento, realizado por Felipe Sánchez-Cuenca y Gabriel Alomar en 1965, situado entre Son Caliu y Portals Nous, se «intenta solucionar el impacto paisajístico y, para ello, escapa de la concepción habitual de instalar las zonas comunes en la parte inferior y las habitaciones en la superior», lo que permitió reducir la altura, hasta tres pisos.

Cuando se inauguró, en 1966, tenía dos plantas, 45 habitaciones y 9 bungalós rodeados de pinar. A finales de los 90 pasó a 97 habitaciones, con la construcción de un edificio anexo, 13 bungalós y 25 suites.

«Queremos ser tremendamente respetuosos con la esencia del hotel y su entorno», aseguran desde Blasson, siendo conscientes de la historia que hay tras el hotel de Costa d’en Blanes. «Mantenemos los edificios de Punta Negra que son los más cercanos al mar y tenemos la suerte de contar con los jardines naturales y consolidados, que no solo vamos a conservar, sino potenciar de forma considerable. Es un proyecto con una profunda esencia mallorquina», apostillan.

«Queremos ser tremendamente respetuosos con la esencia del hotel y su entorno»

Los elementos típicos de la construcción tradicional de la isla, como las persianas de madera, la cerámica, las tejas y la piedra, han formado parte de este complejo emblemático, según se desgrana en la web del ayuntamiento calvianer. Al igual que los jardines situados frente al hotel, que introducen miradores y han mantenido la vegetación mediterránea. Alrededor del paseo, con un muro bajo realizado en pedra en sec, conviven caminos de tierra y escaleras de piedra que permiten bajar hasta la playa.

La vegetación envuelve el complejo, con escaleras de piedra que permiten bajar hasta la playa.

La vegetación envuelve el complejo, con escaleras de piedra que permiten bajar hasta la playa. / Juan Luis Iglesias

Entre 2003 y esta última temporada operaba como el H10 Punta Negra Boutique Hotel, de cuatro estrellas. En enero Blasson va a anunciar novedades sobre el que es su segundo proyecto en la isla; son los gestores del Kimpton Aysla Mallorca de Santa Ponça, inaugurado el verano pasado. «Tenemos mucho interés en incrementar nuestra exposición en Mallorca, Ibiza y Menorca», añaden.

Ni confirman ni desmienten que Mandarin Oriental, dueña del Ritz en Madrid, sea la gestora

Sobre qué cadena lo explotará, se limitan a responder que van a contar «con una marca líder del segmento del Gran Lujo». Ni confirman ni desmienten que vaya a ser Mandarin Oriental. El grupo con sede en Hong Kong ya está presente en Madrid —es el propietario del Ritz, el primer hotel de lujo en España— y en Barcelona.

Empieza a escribirse otro capítulo del Punta Negra erigido en la finca de s’Hostalet ahora lejos de la familia Blanes, aunque su linaje va a perdurar en el topónimo de la costa de este enclave turístico