Un nuevo recorte de capturas golpea a la flota balear: «Es un fracaso absoluto»

Los barcos permanecerán amarrados más días en 2023 tras un tijeretazo del 7% pactado entre España y la Unión Europea para la pesca en el Mediterráneo

Pescadores en una barca de ‘bou’ faenando el pasado abril en aguas de Balears.  | B. ARZAYUS

Pescadores en una barca de ‘bou’ faenando el pasado abril en aguas de Balears. | B. ARZAYUS / jaume bauzà. palma

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

El recorte de capturas pesqueras en el Mediterráneo acordado ayer entre el Gobierno español y la Unión Europea «es un fracaso absoluto», a juicio del presidente de la Federación balear de cofradías de pescadores, Domingo Bonnín. La tendencia de los últimos años continuará en 2023 con la flota pesquera de las islas obligada a permanecer amarrada más días para lograr una reducción de capturas del 7%. Un nuevo tijeretazo —empezaron en 2020 con el argumento de la sostenibilidad— que pone al sector contra la pared y que dibuja una posible subida de precios que pagará el consumidor.

«Hace cuatro años se inventaron un reglamento comunitario con criterios más ideológicos que científicos que dice que el Mediterráneo está mal y que los culpables son los pescadores. Así que se inventaron un plan a cinco años con una serie de medidas para conseguir lo que ellos llamaron rendimiento máximo sostenible. Pero la idea es lograrlo con el sacrificio de la flota de arrastre», lamentó Bonnín.

«Hablamos de una reducción de capturas del 31% desde 2020. Teniendo en cuenta además que tenemos una flota muy pequeña, de solo 32 barcas de arrastre, frente a las 440 que suman la flota catalana y valenciana. Y pese a todo no hacen una diferenciación, dan el mismo trato a todos a la hora de recortar», indicó el presidente de los pescadores de las islas.

El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, se felicitó por un acuerdo que establece un aumento significativo de las capturas para los pescadores que faenan en el Atlántico, pese a que recortó las del Mediterráneo. Un tijeretazo que, en todo caso, acabó siendo menor que el que la UE planteaba inicialmente. «Una barca que antes de las prohibiciones hacía 225 jornales al año, este 2022 solo ha podido hacer 172. Y el año que viene serán 165», lamentó Bonnín.

Menos calamar, merluza o salmonete

De este modo, a partir de enero la flota balear podrá pescar menos calamar, pulpo, salmonete, merluza, cigalas o gambas, lo que puede subir su precio en el mercado. «Funcionamos con la ley de la oferta y la demanda, así que si hay menos producto en el mercado, hay mayor probabilidad de que el precio suba. En todo caso, influyen otros factores como el tiempo», manifestó.

En todo caso, los pescadores se llevarán la peor parte. Casi todos nuestros contratos eran fijos y esto lo trastoca todo. Tenemos que tener barcas amarradas muchos meses. Cada barco es una empresa que pagan sus impuestos y tienen gastos de mantenimiento», subrayó Bonnín.

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