«Firmé la hipoteca en 2006 para comprar un piso del IBAVI en el Molinar. Esta hipoteca que me hizo el director del banco me llevó a engaño porque yo ya tenía 58 años y me la hizo hasta el año 2041, que será cuando tenga 93. Luego tuve que hacerme una segunda hipoteca para cancelar un préstamo personal. En esta segunda el director tuvo que meter a dos personas como garantes, que eran mi hija pequeña, que en ese momento no tenía trabajo, pero la pusieron como que sí tenía, y quien era la pareja de mi hija entonces. Los pusieron como aval por la edad que yo tenía», relata María José Millán a este diario. Los problemas no tardaron en manifestarse. «Siempre he ido muy ahogada, cobraba la invalidez por una lesión de columna que tenía. La pensión era baja. Y cuando empezó la pandemia y todo empezó a subir de precio la situación se agravó. Los intereses han ido cambiando en mi hipoteca porque es variable y he ido al banco a solicitar una solución para ir un poco menos asfixiada, pero no me la han dado», denuncia esta pensionista de 73 años, que tiene pensado reclamar los gastos de constitución de la hipoteca. 

"Si hubiera llevado un maletín con dinero, habría entrado en el despacho y me habrían ofrecido un café"

«El día 7 de noviembre fui a hablar con el director del banco. Me recibió desde la puerta diciéndome que no se me iba a conceder nada porque no reunía los requisitos. Y que si se me concedía una carencia de un año al año siguiente estaría en la misma situación. Entonces me dijo que no tenía nada más que hablar. Yo le dije que lo entendía. ‘Como soy una triste pensionista, usted no tiene nada que hablar, porque somos clientes de tercera categoría. Si yo viniese con algún maletín con dinero para crear un fondo, usted me haría pasar al despacho y me ofrecería un café, pero como no es el caso entiendo que usted no quiera perder el tiempo conmigo. Muy buenos días. No se preocupe que voy a cambiar de banco. Porque se me ha tratado muy injustamente’, le contesté», relata esta vecina del Molinar, a quien le subirá la hipoteca unos cien euros a partir de enero, que es cuando le toca revisarla. «Voy a solicitar el nuevo código de buenas prácticas que ha aprobado el Gobierno porque cumplo los mínimos, pero tampoco tengo demasiadas esperanzas puestas porque de momento se me han cerrado todas las puertas y eso que llevo todas las cuotas al día. Cobro unos 15.000 euros anuales, mi hija no tiene trabajo ahora mismo, lleva dos años buscando, y vive conmigo. Aparte de esto, estamos pagando mucho más por la alimentación y los suministros». "Entre la pensión de viudedad y de jubilación cobro 1.200 euros. Lo que ocurre es que tengo un embargo judicial de ciento y pico euros al mes más las pagas dobles, que son 600. Por ello no puedo recuperarme, tengo deudas atrasadas. Hasta que no liquide este préstamo que en su momento no pude pagar vivo una situación muy difícil".

María José Millán, vecina del Molinar afectada por la subida de la hipoteca. B. Ramon

Trato injusto

"El trato que se me ha dado es injusto", denuncia. "Por respeto no voy a dar el nombre de la entidad, no sé si el resto de personas de este banco son así, es cierto que por teléfono se me ha atendido bien, pero ha sido a distancia y no a través de la oficina de aquí", subraya.

Millán está en contacto con la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca de Mallorca. "Me están orientando y son los que me han pedido que me manifieste por la situación que estoy viviendo".