María Villaplana es experta en psicología de la salud ocupacional y especializada en salud laboral. Fue una de las ponentes principales ayer en la jornada celebrada en CaixaForum ‘Empresas Saludables: empresas comprometidas y productivas’, un acto del programa Incorpora de la Fundación ‘la Caixa’.
¿La salud mental está de moda?
Los científicos huimos de la moda. La salud mental es necesaria hoy y lo era antes, pero ahora tiene más presencia en los medios porque con la pandemia nos hemos topado con ella de frente.
¿Cómo cuida una empresa de la salud laboral de sus empleados?
Con tres directrices clave: la prevención del deterioro, la promoción de la salud y la protección. Es importantísimo luchar contra la ansiedad, el estrés o el burnout. O contra otras enfermedades prevalentes a la exposición de factores psicosociales en el trabajo, como cardiopatías, isquemias cerebrales, trastornos musculares u otras tantas.
¿También preocupan los trabajadores que se excusan para ausentarse?
Nos preocupa el absentismo, pero todavía más el presentismo, que es cuando un empleado acude a trabajar estando enfermo por necesidad, responsabilidad o compromiso. El presentismo es tres veces más caro y se ha incrementado el doble en los últimos años por la inestabilidad del empleo.
¿Cómo es posible que sea más caro ir a trabajar enfermo que ausentarse?
El presentismo conlleva siempre un deterioro elevadísimo de productividad. Ni el trabajador ni el empresario suelen ser conscientes de ello, pero las pérdidas a largo plazo son mucho mayores.
¿Qué señales de alerta avisan de un desgaste laboral?
La alfabetización en salud mental educa precisamente en esos indicadores. Por ejemplo las alteraciones del sueño o el estrés. Pérdida del cabello, infartos, úlceras, depresión o incremento de las sustancias psicoactivas son algunas señales. Los actos compensatorios también son reveladores: salir de trabajar y tomarse una copa o irse de compras para compensar el nivel de exigencia y el deterioro continuo en el trabajo. A partir de ahí, uno empieza a enfermar y acaba afectando a la fisiología e incluso a la personalidad.
¿Es difícil encajar los intereses del empleado y los del empleador?
No, en absoluto. Invertir en la salud mental de los trabajadores es lo más rentable para una empresa. El retorno de la inversión es muy elevado. Por eso es importante que el empresario sepa cómo sanar a sus empleados para que no enfermen. Las empresas con mayor rendimiento también tienen un mayor índice de bienestar y salud. Además, el 50% de la población laboral ya se ha dado cuenta de que si el trabajo le resta salud necesita cambiar para sobrevivir.
