Un empresario de Magaluf, que está personado en el juicio del caso Cursach como acusación particular y declaró ayer como testigo, narró las amenazas del director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, cuando le pidió que cesaran los hostigamientos a sus locales en la plaza Pitiusas. «Te mataré, te arruinaré y en dos años no podrás dar de comer a tus hijos».

El empresario José Manuel Bover, competencia directa de Cursach en Magaluf, encuadró los hechos denunciados, la supuesta colocación de unas vallas por parte del magnate en la plaza para desviar los clientes a su discoteca BCM, entre los años 2014 y 2016. A preguntas de su abogada, Teresa Bueyes, explicó que denunció la existencia de estas vallas ante el ayuntamiento de Calvià y la Policía Local, que hacían «caso omiso». Según el empresario, el Grupo Cursach ponía unas vallas y otras veces otras. Incluso destacó que en algunas ocasiones las quitaban porque «tenían una inspección», pero después las volvían a colocar. «Durante dos o tres años que yo sepa nunca se adoptó ninguna medida», afirmó.

Además, remarcó que en 2013 el Grupo Cursach y él hicieron una sociedad para explotar la plaza a medias y así «ahorrar gastos en personal y en bebidas». «Juntábamos lo que hacíamos cada noche y ese año nos fue muy bien. Al año siguiente, Sbert me dijo que no, que el 70% sería para ellos y el 30% para mí. Yo dije que no y ahí empezó todo», afirmó. «A partir de ahí empezaron a poner de todo, incluidas las barreras, y comencé a tener pérdidas», narró. Para poner fin a esta situación, contactó con Sbert: «Le dije ‘por favor Tolo, para esto, tengo que dar de comer a mi familia’. Se me acercó a la cara y me dijo ‘Te mataré, te arruinaré y en dos años no podrás dar de comer a tus hijos’», afirmó Bover.

El empresario dijo que el Grupo Cursach lo ha arruinado económicamente y lo llevó a tener que acudir a terapia psicológica, donde le diagnosticaron estrés postraumático. «He tenido mucho miedo por mi familia porque me han perseguido y me han grabado incluso estando con mis hijos», aseguró.

El empresario de Calvià también concretó que el Grupo Cursach estaba interesado en sus negocio: «Quería la plaza y hundirme». Por ello, según su versión, Sbert y él se reunieron en unas cuantas ocasiones en la que él le planteó un precio, que el «patrón» de Sbert rechazó.

El testigo mantuvo que su ruina económica fue por la presión ejercida por el Grupo Cursach. Para mostrar lo contrario, el abogado de Sbert, Antonio Martínez, aportó una sentencia reciente sobre el concurso de acreedores de su empresa, en la que concluye que la «deficiente» gestión es su responsabilidad. «No me consta. Yo lo único que sé es que llevo 25 años con empresas y nunca he tenido ningún problema hasta que llegó Cursach», replicó Bover.

El abogado de Jaime Nadal, exdirector general de Turismo del ayuntamiento de Calvià quien está en el banquillo de los acusado por las acusaciones de Bover, insistió en saber por qué solo culpó a Nadal cuando se reunía con al alcalde de Calvià «y tampoco hacía nada». «Yo creo que el alcalde no tiene nada que ver», replicó el empresario.