El presidente del Comité de Expertos para la Transición Energética y Cambio Climático de Balears Pau de Vílchez sostiene que subir la ecotasa no sería suficiente ni para limitar la entrada ni sobre todo para hacer frente a las externalidades negativas medioambientales fruto de la actividad económica del turismo. «Teniendo en cuenta que hay una desigualdad exagerada en las emisiones per cápita de CO2 del 10% más rico de la población con respecto al resto, pues se calcula que emite hasta cuatro o cinco veces más, y que hay que acelerar la transición energética y el dinero de la ecotasa no va a bastar, se impone la necesidad de establecer un impuesto climático a los que más tienen porque son los que más emiten. Sería un impuesto solidario, patriótico, llámalo como quieras, para la transición energética». Es decir , «para hacer frente a las distorsiones que genera la actividad económica hacen falta elementos de redistribución: modular la ecotasa al nivel de renta, que los aviones también paguen IVA, etc.», propone De Vílchez.

El profesor de la UIB y vicedecano de la Facultad de Economía y Empresa Aleix Calveras también se refiere a la posibilidad de implantar una ecotasa aérea, «que sería la manera de reducir vuelos». «La respuesta típica de la ciencia económica es la de subir más impuestos o tasas a la emisión de CO2 para hacer frente a las negatividades de que haya tantos vuelos, en este caso. Pero hay reacciones a veces porque se argumenta que al final quien sale más afectado son las rentas bajas. Por eso también se puede recurrir a limitar cantidades directamente, como sería restringir los vuelos en jet privado. Este tipo último de medidas parece que tiene mayor aceptación social», comenta.

Para el economista y consejero del Banco de España Carles Manera la cesta de los impuestos también deberá cambiarse. «Debería ir hacia figuras tributarias que sean más de carácter ambiental. Está claro que generará animadversión empresarial. Y deberá estudiarse la competencia de cada impuesto, si es de la comunidad autónoma, del Ministerio o de Bruselas», apunta.