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El legado de Felipe: «La consolidación de la democracia»

Los socialistas alaban la figura del expresidente aunque ningún dirigente de las islas asiste al acto de hoy en Sevilla por temas de agenda

El exalcalde RAmón Aguiló, el exministro Félix POns y Felipe González en un acto electoral en Palma Torrelló

El 29 de octubre del año 1982, tal día como hoy hace 40 años, llegaba la izquierda al poder en España de la mano del partido socialista. Lo hacía con una mayoría absoluta de más de 200 diputados solo unos meses después del intento de golpe de Estado del 23F. El PSOE arrasaba en las elecciones con la figura emergente de Felipe González, que encandiló a los españoles con un discurso de renovación, de cambio, de apertura para una sociedad que todavía conservaba los tics de haber estado sometida 40 años a la dictadura franquista.

Hoy en Sevilla tendrá lugar un acto en el que se rememorará aquel hito histórico. Francina Armengol no podrá asistir por problemas de agenda institucional, ni tampoco acudirá ningún otro dirigente del PSIB. Estará el menorquín Marc Pons, que es miembro de la ejecutiva federal. La presidenta del Govern recuerda la ilusión que supuso el cambio de paradigma político en España con la irrupción de Felipe González. Con ella y otros destacados socialistas analizamos el significado de aquella victoria. Coinciden en que el legado de Felipe ha sido el de la consolidación de la democracia, las libertades y los servicios públicos.

Armengol y Joan March

«La victoria de Felipe Gónzalez -explica Armengol- representó el verdadero fin de la Transición y la apertura de España como una democracia plena sobre unos principios sociales que garantizaba la igualdad de oportunidades. Recuerdo con mucha ilusión y esperanza ese triunfo de los socialistas, también por cuestiones familiares, después de tantos años de dictadura, la izquierda recuperaba el poder desde la República».

La presidenta era muy joven en aquel momento, pero lo recuerda como «un acontecimiento político clave» que marcó su decisión de «dedicarme» a la política. «Puedo imaginarme las dificultades de Felipe Gónzalez y de su gobierno, joven e inexperto, ante la tarea que tenían. Todo estaba por hacer, el país salía de un intento de golpe de Estado... pero salieron adelante, apuntó Armengol, que también recordó que con Felipe González se sentaron «las bases de los dos servicios públicos que han garantizado el bienestar social: la Sanidad y la Educación». La presidenta también destacó la importancia de entrar en Europa.

El que fuera secretario de organización del PSIB-PSOE durante años, Joan March, recuerda las desavenencias que tuvieron con Ferraz en aquellos momentos, que desde Madrid los destituyeron. «Pese a ello, nosotros nos mantuvimos leales y trabajamos como siempre en la campaña de 1982», relata. Después, con el movimiento Socialismo y Autonomía volvieron a asumir el poder en el PSIB. Para March, la llegada del PSOE al Gobierno «supuso superar la ultraderecha que con diferentes intentos de golpes de Estado, como el de Tejero, intentaba impedir el cambio». El histórico socialista recuerda que en los dos primeros gobiernos se vio al «mejor Felipe González», con equipos potentes entre los destacó el mallorquín Fèlix Pons como ministro de Administraciones Territoriales. Sobre quién mandaba más en el tándem formado por Felipe González y Alfonso Guerra, March lo tiene claro: «Guerra siempre fue muy leal a Felipe. El hacía el trabajo de arreglar las cosas para que se cumplieran las directrices de González».

Sin embargo, Joan March se muestra «crítico» con el Felipe de los últimos años: «No me gustan las afirmaciones que ha hecho ni tampoco determinadas relaciones de poderes económicos con las que se prodiga. Creo que se ha equivocado con algunas críticas a Zapatero y a Pedro Sánchez, que no dirán nada por lo que representa su figura, pero militantes de base como yo no nos gustan».

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Elecciones de 1982: 40 años del "cambio" socialista

Thomàs, Riera y Calvo

Vicenç Thomàs, presidente del Parlament, habló de que la victoria socialista en 1982 trajo una «ola de aire fresco a muchas generaciones, con una mayoría absoluta importante que ayudó a terminar de salir de la dictadura». En este sentido, Thomàs señaló que con los gobiernos de Felipe González «llegó el Estado de bienestar del que ahora disfrutamos: «Muchos no recuerdan como estaba la sanidad o la educación pública a principios de los 80, pero el cambio que se introdujo fue muy importante junto a la consolidación de las pensiones». El presidente del Parlament añade el estado de las autonomías y de forma especial el Estatut de Balears, aprobado en 1983 y del que en marzo del año que viene se celebrarán los 40 años. Thomas no quiso entrar en la deriva de González en los últimos años: «Me quedo con la figura de Felipe y lo que significó».

La exeurodiputada por balears y exdiputada autonómica, Teresa Riera, explica como «el cambio me cogió en la universidad y recuerdo como aquello significó la transformación del país en toda su extensión, fue un momento histórico muy intenso». Riera antes de venir a Mallorca militó en el Partido Socialista de Catalunya y relata como siendo profesora de la universidad «a lo máximo que aspirábamos los matemáticos en aquella época era a las jornadas hispano-lusas y con la llegada de Felipe se abrió un camino brutal en la educación y en la mentalidad de la sociedad». La exparlamentaria apunta sobre Felipe: «Su figura me merece un gran respeto y entiendo que sufrió mucho durante sus diferentes etapas por la judicialización de la política».

Aina Calvo, exalcaldesa de Palma y delegada del Gobierno en Balears hace referencia a los caminos que abrió Felipe a los jóvenes: «Cuando llegó a la presidencia yo tenía 13 años. Somos de una generación que pudo beneficiarse de una forma muy directa de sus políticas sociales. Siempre he oído que Felipe González me dio la oportunidad de estudiar y llegar a la universidad; me abrió la puerta a descubrir Europa; y me facilitó distintos caminos para participar en el diseño de las incipientes políticas juveniles».

Calvo destaca un aspecto del expresidente Gonzáles que le marcó en su vida política: «Su capacidad de oratoria ha sido un referente indiscutible para mí», apostilló.

Antich y Diéguez

El expresident Francesc Antich recuerda la gran ilusión que había en el 82 por la llegada de la izquierda al poder: «Fue un gran paso, la izquierda volvía a gobernar desde la guerra civil. Con ese cambio se consolidó la democracia, terminó la transición y comenzó el cambio de verdad».

«En 1982 -explicó Antich-, yo todavía no estaba en el PSOE, pero recuerdo la gran ilusión con el cambio que significaba que los socialistas ganaran las elecciones para conseguir una sociedad más igualitaria, más moderna, con una economía que creaba puestos de trabajo, había más libertades, una apuesta sería por los servicios públicos, por el desarrollo del estado autonómico y por formar parte del proyecto europeo».

El presidente del Consell Consultiu y exdiputado socialista, Antoni Diéguez, le pilló la llegada de Felipe al poder siendo profesor y estudiando derecho. «Aquello supuso uno de los cambios más importantes de la historia y la figura de Felipe fue fundamental para la consolidación de la democracia, el desarrollo de la Constitución y el estado de las autonomías». Diéguez, además de destacar los servicios públicos y el estado de bienestar señaló que «en 1982 era una quimera que España pudiera entrar en la Unión Europea y Felipe González lo consiguió».

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