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El duelo y la necesidad de ser escuchado

La Iglesia crea un servicio para las personas que han perdido a un ser querido

Un nuevo servicio de acompañamiento de la Iglesia J.F.M.

Toda persona, en un momento determinado de su vida, sufre la pérdida de un ser querido. Y en el momento que se produce esta muerte, la persona que le sobrevive inicia un periodo de duelo. Es un tiempo en el que debe aceptar esta pérdida y superar esta situación.

La Iglesia de Mallorca, al igual que ocurre en otras diócesis, ha creado un servicio de acompañamiento en este proceso de duelo. Fue presentado ayer por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, con la presencia de José Carlos Bermejo, director del centro de humanización de la salud de Madrid. 

El obispo resaltó la gran soledad que sufren muchas personas, que necesitan que alguien les escuche para que les pueda explicar sus problemas. 

José Carlos Bermejo detalló que este servicio se creó en el año 1997 y cada vez son más las personas a las que ayudan para superar la muerte de un ser querido.

Bermejo explicó que «no se puede evitar el duelo. Es el proceso que genera la pérdida de un ser querido y hay que atravesarlo. El duelo es la otra cara del amor, que aparece en el momento que una persona querida fallece».

Para el religioso, es un error cuantificar el tiempo que dura el duelo. Depende de cada persona y, sobre todo, a quién ha perdido y el vínculo que tenía con el fallecido. Es decir, no se sufre el mismo dolor cuando una madre pierde a su hijo, que cuando un nieto sufre la pérdida de un abuelo. 

«El duelo siempre requiere tiempo. Y es cuando esta situación se complica cuando esta persona necesita un acompañamiento». Quien ayuda a los que han perdido a un ser querido, que recurren a la Iglesia en busca de consuelo, son personas que cuentan con conocimientos muy específicos y que, sobre todo, deben saber escuchar a los que atraviesan este duelo. 

Bermejo afirma que la labor que se desarrolla «es más de escuchar que de hablar. Se escucha al que sufre y se describe su sufrimiento». Hay ocasiones en las que el duelo nunca se supera y quien lo sufre termina suicidándose. Por ello, el religioso cree que es muy importante la prevención y actuar de inmediato cuando este duelo es muy profundo. «El duelo siempre es un proceso intenso, digno de ser respetado», asegura el religioso, que afirma que para consolar a una persona que ha perdido a un ser querido hay que olvidarse de las frases hechas y utilizar más el poder terapéutico. «La palabra es poderosa y se debe utilizar para ayudar», asegura.

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