El Anuari de l’Educació 2022 centra este año su apartado monográfico a la educación inclusiva de los alumnos con discapacidad, con artículos que recogen la normativa que regula este aspecto así como distintas experiencias relacionadas con esta cuestión, como el programa piloto que lidera el centro Joan Mesquida, de Aproscom Fundació, en Manacor.

Javier Robles, psicólogo del centro, explicó ayer en la rueda de presentación del Anuari que el objetivo de este centro es promover la inclusión del alumnado con necesidades especiales dentro de los centros ordinarios y «acabar con el sistema escolar de doble vía»: la de los centros ordinarios por un lado y la de los centros de educación especial por otro.

La idea de la conselleria de Educación (tal y como recoge la ley autonómica de Educación) es fomentar que los alumnos con necesidades especiales acudan a los centros ordinarios y una manera de conseguirlo es centros de educación especial como el Joan Mesquida se conviertan en proveedores de servicios y recursos a los colegios e institutos, ofreciendo el acompañamiento de un servicio especializado para «ajustar la intervención educativa a las necesidades de cada alumno».

Robles destacó que el equipo técnico «forma parte del día a día del centro», la idea no es ofrecer un asesoramiento puntual y ya. Para el psicólogo la potenciación de la educación inclusiva requiere de recursos, pero sobre todo de un cambio de paradigma, para «pasar de un modelo terapéutico a uno social, que no tiene nada que ver con condiciones médicas sino con la interacción, el contexto de cada uno y su entorno».

El curso pasado el centro de recursos de Aproscom ha tenido tres maestros de apoyo a la inclusión destinados en cuatro centros educativos ordinarios, dando así apoyo directo a 17 niños con necesidades de apoyo intensivo. Para Robles este camino iniciado «no tiene marcha atrás» como muestra la reducción de casi el 50% de matrículas que este curso ha registrado su centro de educación especial.