Prepararse un pa amb oli con un buen tomate de ramallet ha dejado de ser una comida humilde o de pobres. El producto estrella de este plato local tan adorado por los mallorquines está por las nubes. «Nunca había estado tan caro o al menos no lo recordamos», cuenta a este diario Carles Alcalde, que despacha en el puesto Germanes Amengual del Mercat de l’Olivar. «Los tomates de ramallet que son de variedad local los tenemos a 8,90 euros. La semana pasada iban a 5,90. Han subido tres euros en siete días», subraya. Es el producto más costoso -después de los robellones- que está a la venta en este expositor. «De todos modos, nos han dicho que ya no subirá más», matiza Alcalde.
«Ha sido un mal año», añade Tolo Mudoy, del puesto homónimo, también con huerto propio. «El tomate de ramallet suele experimentar una subida hacia el mes de enero y febrero, que es cuando se acaba, pero este año se ha adelantado», comenta. «Dentro de unas semanas no habrá del que es de ramallet de verdad. No ha habido una buena cosecha por el aumento de las temperaturas. Nosotros lo estamos vendiendo por 7,50 el kilo, pero a base de hacer un esfuerzo muy grande. No queremos subirlo más porque empatizamos con los compradores, y si ellos hacen sacrificios, pues nosotros también», confiesa. «En general el tomate está carísimo, también el de colgar que es de invernadero», apunta, «que no es de ramallet, aunque la gente los confunda».
En Fruites Gelabert el kilo va a 8,50. «Hace 15 días ya sufrió una subida y hoy [por ayer], otra. La de hoy ha sido de 3,25 euros», explica el propietario, Miquel. «Pero todo ha subido, no sólo las frutas y las verduras».
Los payeses coinciden que este año la producción se ha quedado pequeña. Andreu Salinas, asociado a Apaema, que hace producción ecológica de tomates de ramallet, explica que los frutos han pesado la mitad. «Sembramos una semana antes de Pascua, que este año había caído hacia mediados de abril cuando otros años era la última de marzo. En este sentido, hemos sembrado tarde», cuenta. «Y nos encontramos con que a principios de mayo ya hacían 30 grados. Y ha llovido poco. La floración ha ido bien, pero el crecimiento del tomate, no», señala «El año pasado un tomate hacía 100 gramos; este, 30. De sabor es muy bueno, pero está más seco por las olas de calor».
Antoni Feliu, productor ecológico también en Apaema, vende en el mercado de la plaza Patines de Palma. Tiene el tomate de ramallet a 7 euros. «Va más caro que otros años, sí. Del tomate que es híbrido y se cultiva en los invernaderos, que no es la variedad local de tomate de ramallet, habrá, ya que los invernáculos están sembrados. Pero de los de aquí no, este año ya se ha acabado el ciclo. De todos modos, los precios que ha habido en los últimos años eran ficticios. Los productores no ganamos nada, las familias no aguantan en el campo y hay que poner los valores reales a los productos para poder subsistir», concluye.
Los garbanzos secos: Otro producto humilde que ha doblado su precio por la escasez
Los garbanzos cultivados en Mallorca, que suelen comprarse secos para después cocinarlos, han doblado su precio este otoño. Otro plato básico que es la base de los potajes de invierno está por las nubes ante la mala cosecha que resultó por las elevadas temperaturas de esta primavera y verano pasados. «Además del cambio climático, los payeses de la isla están sembrando también menos leguminosas», apunta Antoni Feliu.