Citar a Margaret Thatcher conlleva una gran responsabilidad, sobre todo en una semana donde la actual primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, ha tenido que asumir su error y pedir perdón por «ir demasiado lejos» con sus bajadas masivas de impuestos que beneficiaban principalmente a los ricos. La Dama de Hierro erosionó hasta tal punto el curso de la historia con sus decisiones durante la década de 1980 que el principal partido de la oposición de Balears recupera sus ideas en 2022. «Alguien no lee la prensa internacional», deslizó un conspicuo periodista. Thatcher y la curva de Laffer siempre vuelven.

Una sola frase bastó para encender los ánimos de la izquierda, que encuentra en la ex primera ministra británica su villana por excelencia y antítesis política: «El socialismo fracasa cuando se acaba el dinero». La portavoz adjunta ‘popular’, Núria Riera, olvidó añadir «de los demás» para ser totalmente fiel a la historia. La mención tenía el objetivo de servir como base teórica al quid de la cuestión: si ganan las elecciones en 2023 habrá una importante bajada de impuestos, como ha venido anunciando su presidenta, Marga Prohens, porque «ya han exprimido a todos en Balears».

El conseller de Turismo, Trabajo y Modelo Económico, Iago Negueruela, fue el encargado de dar la réplica y aprovechó para erigirse en predicador socialista: «Es difícil pedir silencio ante lo que acabamos de escuchar. Ustedes están en una posición absolutamente fuera de la realidad de España y de estas islas. La primera ministra de Reino Unido ha tenido que pedir perdón ante la BBC por las políticas de Margaret Thatcher. Usted no sabe lo que dice y su conocimiento económico llega hasta ella. Sus políticas son justamente lo contrario a lo que hay que aplicar hoy en día». Todo esto ante la cara de incredulidad de la consellera de Hacienda, Rosario Sánchez, que negaba con la cabeza ante la intervención de Riera.

La ‘popular’ insistió en que «ayer, hoy y mañana los ciudadanos tienen dificultades para llenar la nevera» porque a la gente «no le salen las cuentas» a la hora de hacer la compra. Asimismo, ironizó sobre la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: «¿Por qué no aprovechó para llevarlo a dar una vuelta por los mercados como hizo Alberto Núñez Feijóo? ¿Tenía miedo a la reacción de la gente?». Y remató con una acusación directa: «A ustedes les preocupan las colas de los ricos y las grandes fortunas».

La resurrección de Thatcher reanimó uno de los plenos más descafeinados del último año, sin preguntas a la presidenta del Govern, Francina Armengol, por su ausencia, y con pocas intervenciones destacables más allá de las disculpas del conseller de Educación, Martí March, por la complicada aplicación de la LOMLOE.

El salario mínimo siempre vuelve

Asimismo, el PP preguntó a Negueruela si en Balears hay «trabajadores pobres», una cuestión de apariencia obvia pero que era un caballo de Troya para tratar de encontrar las lagunas argumentativas del Govern. Como era de esperar, el titular de Trabajo utilizó su intervención para reclamar que «los trabajadores han de mejorar sus salarios y poder acceder a mayores y mejores prestaciones y subsidios» y atacar al PP por subir solo 100 euros el Salario Mínimo Interprofesional durante su mandato: «Con un gobierno progresista se ha pasado de 730 euros cuando gobernaba Mariano Rajoy a más de 1.000 euros, con el voto en contra del PP. De esta forma se ha contribuido a reducir la tasa de temporalidad, pasando de un 40% en 2015 al 11% actual. Además, reivindicó que una de las conclusiones del último Informe de la Pobreza en Balears es que «sin las medidas de escudo social las personas en riesgo de pobreza o exclusión social habría aumentado en 171.000 personas».

La diputada ‘popular’ María Salomé Cabrera insistió en que «Balears es la comunidad donde más crece la desigualdad, con la cesta de la compra y la vivienda más caras, además de ser el territorio que encabeza la caída de la confianza empresarial y donde, según el último informe del Estado de la Pobreza en Balears, hay más de 262.000 personas en riesgo de pobreza o de exclusión social».

Además puso el foco en que «en dos años, los trabajadores de Balears han perdido más poder adquisitivo que en toda la última gran recesión», y denunció «las arengas de este Govern a las empresas para subir salarios, que por supuesto han de subir, pero en base a la productividad, para que sean rentables, cuando el Ejecutivo sigue aumentando el número de cargos y asesores».