El precio de la vivienda en alquiler en Baleares bajó un 2,8 % de julio a septiembre en relación al mismo trimestre del año pasado, al contrario que en el conjunto de comunidades autónomas, que subió un 6,4, hasta alcanzar los 11,2 euros/m2, según los datos publicados este lunes por el portal inmobiliario Idealista.

A pesar de este crecimiento, los precios se han abaratado un 1,1 % si se compara con el mes de agosto. Además, frente al máximo alcanzado en septiembre de 2020, hace dos años, el precio de la vivienda en alquiler está un 2,2 % por debajo.

Con todo ello, las rentas de alquiler de viviendas han subido un 0,1 % durante los últimos tres meses.

Por comunidades autónomas, el precio de la vivienda en alquiler subió en doce de ellas, siendo los mayores incrementos los de la Comunidad Valenciana (4,8 %), Madrid (4,6 %), Cantabria (3,3 %), Cataluña (3,3 %) y Murcia (2,8 %).

Por el contrario, la mayor caída trimestral se dio en Baleares ( 2,8 %), seguida de Galicia (2,6 %), Andalucía (1,1 %), Extremadura (0,7 %) y Castilla y León (0,4 %).

Madrid (15,2 euros/m2) y Cataluña (15 euros/m2) fueron las comunidades más caras para alquilar una vivienda, seguidas de Baleares (13,5 euros/m2), País Vasco (12,6 euros/m2) y Canarias (11,3 euros/m2). En el lado opuesto se situaron Extremadura (5,7 euros/m2), Castilla La Mancha (6,2 euros/m2) o Castilla y León (7,3 euros/m2).

Los alquileres se encarecieron en 36 provincias siendo el más destacado el de Girona, donde los precios se incrementaron un 12,5 %.

Las provincias más caras de España para alquilar una vivienda son (15,8 euros/m2 al mes), Madrid (15,2 euros/m2), Guipúzcoa (14,6 euros/m2) y Baleares (13,5 euros/m2).

Por capitales, Barcelona es la más cara para alquilar una vivienda, con 17,8 euros/m2, seguida por Madrid (16,3 euros/m2) y San Sebastián (15,9 euros/m2).

Idealista alerta de problemas

Idealista sostiene que el mercado del alquiler se enfrenta ahora mismo a un "gravísimo problema" de oferta que mantiene tensionados los precios en las grandes capitales.

En este sentido, apunta que la demanda no solo no ha dejado de crecer tras la pandemia, sino que se multiplica con todas aquellas personas que son expulsadas del mercado de venta por no poder acceder a financiación.

Sin embargo, añade que la falta de seguridad jurídica provocada por las medidas del Gobierno en materia del alquiler ha incentivado la desinversión en el mercado y causado la desaparición de la oferta, y advierte de que sin medidas que estimulen la aparición de nuevo producto en unos meses no solo habrá un problema con el precio si no que podría desaparecer el mercado.