Las peleas durante los vuelos se suelen concentrar en los aeropuertos del Mediterráneo y casi siempre son los británicos los que más conflictos provocan. Para muestra, la reciente sentencia de diez meses de cárcel a un joven que, ebrio y drogado, arrancó un trozo de oreja a otro viajero en un vuelo entre Birmingham y Palma y que también causó lesiones a tres agentes de la Guardia Civil que trataban de poner fin a la agresión.

No obstante, este 2022 los que encabezan la estadística de las sanciones son los españoles, con 26 . Por detrás, se sitúan los alemanes, con 4 y los italianos y letones, con 3. Por contra, solo se ha denunciado a un viajero británico.

Los alborotos o los conflictos por fumar en el avión, los más comunes que acarrean denuncias, pueden saldarse con una multa máxima de 5.000 euros y si por la gravedad de los hechos se llega a interrumpir el vuelo, el pasajero deberá correr con el gasto del desvío de la aeronave.