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Abogado
Entrevista

Sebastià Frau: «Claro que la conciencia de Balears como nación existe, pero es débil»

«Ha habido dejadez, falta de perspectiva y poca visión de los partidos para conseguir un diputado nacionalista en Madrid» - «España no es una democracia formal, sino un sistema democrático autoritario»

Sebastià Frau: "Todos los Estados practican políticas nacionalistas"

Sebastià Frau: "Todos los Estados practican políticas nacionalistas" B. Ramon

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Sebastià Frau: "Todos los Estados practican políticas nacionalistas" Guillem Porcel

El abogado mallorquín Sebastià Frau es el autor de De la nació a l’estat: el conflicte Espanya / Catalunya, un libro que surge de su profundo interés por la política y el derecho. 

¿Qué diferencia fundamental existe entre una nación y un estado?

Un estado es una organización jurídica, un entramado legal de cumplimiento obligatorio que nadie puede se puede substraer de estar bajo el dominio o la autoridad de un estado. Tiene una alta complejidad y está destinado a regular las relaciones con los ciudadanos y solucionar los conflictos, tanto entre los propios ciudadanos como estos con el poder. Una nación es un ente político que reúne a una población, una cultura, una historia común, normalmente una lengua y una representatividad política diferenciada del resto del estado donde la nación está inserta. Pero sobre todo los autores destacan la voluntad permanente de perdurar en el tiempo y una intención futura de constituirse en estado.

¿Tienden a confundirse?

Si, porque en el mundo anglosajón se utilizan de manera incorrecta desde nuestra perspectiva lingüística ya que hablan de ambas como si fueran lo mismo. Por esto se dice Organización de Naciones Unidas (ONU) cuando en realidad no son naciones sino estados. Si naciones como Cataluña, Euskadi o el pueblo kurdo piden el ingreso en la ONU les dirán que no porque no son un estado. Además en el artículo 2 de la Constitución se habla de la nación española. Los estados se constituyen como nación, normalmente como una única nación, pero es muy discutible que sean solo una porque probablemente albergan dentro de sí otras naciones que no son la española. Pensar que la española es la única es una autoafirmación apriorística que no tiene conexión con la realidad.

¿Qué es el nacionalismo oculto y qué implicaciones tiene?

También se conoce como nacionalismo banal y hace referencia al nacionalismo que practican los estados en su cotidianidad. Si vamos a la plaza Colón de Madrid veremos una bandera española de proporciones gigantes y un gran mosaico de la conquista de América, que desde la perspectiva española es un hecho salvífico y benéfico. Esto es una exaltación real y palpable de lo que entienden como gloria nacional. Los ciudadanos que pasan por allí lo ven cada día y viene acompañado de las informaciones que se proyectan en la sociedad a través de los medios de difusión que comulgan con estas ideas. O los gobiernos de los estados que les interesa tener a la población coaccionada entorno a la idea de reafirmación nacional. No es un hecho exclusivo de España. En EE.UU. los niños cantan con la mano en el pecho cada día el himno nacional al entrar al colegio. Esto es una expresión de nacionalismo diario. Allí encuentras la bandera por todo e, incluso, había un pacto con Hollywood para que en todas las películas apareciera en algún momento la bandera. Esto penetra en los ciudadanos de forma casi imperceptible y va en paralelo al desprecio hacia los otros nacionalismos que no tienen la fuerza o la institucionalización de un estado.

El abogado Sebastià Frau, este jueves, en Diario de Mallorca. B.RAMON

¿Nacionalistas siempre son los otros?

Claro. Felipe González ya implantó su doctrina diciendo que no era nacionalista. Claro que lo eres, y muchísimo. Pero lo escondes y dices que eres constitucionalista. La Constitución habla directamente de nación española. Si te autodefines como constitucionalista es porque crees en la nación española y estás de acuerdo con su institucionalización. Es muy fácil desde un estado afirmar que no eres nacionalista porque tienes el amparo de ese mismo estado que protege tus actuaciones. En cambio, proclamarte nacionalista desde un ámbito no estatal como Cataluña recibes de por todo. Aquello que los estados niegan a los otros lo afirman de ellos mismos. El Tribunal Constitucional, en su sentencia de 2010 sobre el Estatuto de Autonomía, establecía que la única legitimación de Cataluña provenía de la Constitución. Naces porque nosotros te damos permiso, pero como Comunidad Autónoma. No creas que eres más que eso. Eso significa desconocer toda una historia, cultura y lengua propias y que Cataluña tenía un derecho público y privado, además de unas instituciones.

¿Qué supuso la sentencia del TC para el devenir político?

Muchos analistas lo sitúan como el punto de partida de la crisis territorial actual. Representa que el Constitucional no respeta la voluntad popular de los ciudadanos de Cataluña y establece que sus antecedentes históricos no representa ninguna legitimidad. En temas lingüísticos también tiene una incidencia muy negativa porque niega la obligatoriedad de conocer pasivamente el catalán. Es una sentencia humillante para la dignidad de Cataluña y está hecha con una consideración estrecha de la realidad del país, sin tener en cuenta lo que vendría después, como el Procés que aún sigue vivo.

¿Baleares es una nación?

Es una pregunta compleja. Diría lo siguiente: contemplemos los requisitos para ser nación como un pasado común, un territorio delimitado, una cultura o una lengua, pero añadimos dos factores como la representatividad política específica, donde ya falla, y una voluntad de proyectarse en el futuro como estado. Claro que la conciencia de Balears como nación existe, pero es débil. Aunque diría que si tiene algún futuro como nación será en una federación con Cataluña.

Nunca ha tenido un diputado nacionalista en el Congreso.

Básicamente por miopía de los partidos que podrían jugar esta carta y no han querido hacerlo nunca de forma decidida. Los diputados siempre han sido de obediencia de Madrid, tanto del PSOE como del PP. Un solo escaño tendría un potencial muy alto porque puede decantar mayorías y obtener beneficios para las islas, como ha pasado con Canarias durante muchos años. Aquí ha habido dejadez, falta de perspectiva y falta de visión por parte de los partidos. En cada elección desde hace más de 40 años se dice que conseguirán un diputado, pero la realidad es que ha sido un fracaso estrepitoso, sin ninguna autocrítica. Se han hecho llamadas a la unidad, no ideológica, sino de ansia por tener un diputado de Balears.

¿Qué papel juegan el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional en el conflicto catalán?

El TC se ha dedicado a ratificar las decisiones del Supremo. Este último tiene un papel clave en el Procés porque se erige en protagonista de la defensa de la unidad territorial. Hay discursos que lo corroboran como el de Carlos Lesmes frente al Rey Felipe VI el 5 de septiembre de 2017 y otras actuaciones del propio monarca, así como las acciones del gobierno de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría con la adhesión del PSOE. Subcontratan la gran represión al Tribunal Supremo y este dice: no os preocupéis, haremos nuestro papel. Esto significa actuar de forma represiva, con un juicio que es una auténtica farsa porque la sentencia estaba decidida antes incluso de que comenzara el juicio, tal y como lo constatan multitud de autores. El TS no era el competente para juzgar, si es que debían ser juzgados, a los independentistas ya que debía hacerlo el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La sentencia es una contractura del derecho terrible y de una artificialidad máxima en la que, desde la nada, construyen un delito primero de rebelión y luego de sedición. Esta actividad del TS ha tenido acólitos con ciertos tribunales de Cataluña que han continuado con esta labor represora, con la Fiscalía pidiendo una barbaridad de años de cárcel para un manifestante que había cortado una autopista. El Poder Judicial, representado por el Supremo y el Constitucional, se han erigido en los máximos represores del independentismo.

Afirma que España es un sistema democrático autoritario.

Es una democracia formal, pero no desde el punto de vista material. España es un estado autoritario porque su origen es el franquismo, que no se superó nunca. No ha habido un corte entre el franquismo y el Régimen del 78, ni con los grandes funcionarios o las empresas que manejaban la economía durante ese periodo. Tampoco lo ha habido en la judicatura, que tiene los mismos sistemas de comportamiento y la formación que antes. Además, la Jefatura del Estado no ha vivido tampoco un corte porque Francisco Franco nombró como rey de España a Juan Carlos I. Decide quién será su sucesor, y la Transición acepta esa herencia de un dictador sanguinario. Además, dejó claro que quería una monarquía. La Constitución del 78 sigue con el mandato de Franco en estos temas esenciales. Asimismo, el Estado español se comporta de forma autoritaria. Hay elecciones, partidos políticos, anunciación de las libertades formales, pero actúa autoritariamente sobre todo cuando tiene un conflicto territorial. Uno de los grandes mandatos de Franco, que está en su testamento político y fue jurado por Juan Carlos I, es preservar la unidad de España por encima de todo. ¿Con Cataluña actuó con el diálogo para llegar a un consenso o actuó con la represión judicial y policial? Esa es la pregunta esencial. ¿Tiene sentido encarcelar a unos líderes políticos que solo han querido construir un nuevo proyecto político? Por eso se dice que Cataluña explica la excepción democrática del Estado español.

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