Un migrante argelino acusado de patronear una patera que llegó a Cabrera en junio con 18 personas a bordo negó el pasado viernes en el juicio ser uno de los organizadores de la travesía. El sospechoso declaró que pagó 1.500 euros por el viaje desde África a Baleares, que duró 23 horas y se presentó como una «víctima». Dijo que pasó «miedo» porque se quedaron sin combustible en plena noche y quedaron a la deriva. La Fiscalía reclama para él una condena de cinco años de prisión.

La patera, una embarcación de seis metros de eslora y un solo motor, llegó a aguas de Cabrera el 8 de junio con 18 personas a bordo, incluyendo al acusado. El acusado, de 39 años, afirmó que quería venir a España para trabajar porque su padre es discapacitado y su madre está «muy enferma», por lo que su situación económica era muy precaria. Dijo que vendió una motocicleta y algo de oro de su madre para poder pagar los 300.000 dinares argelinos (unos 1.500 euros) que costaba el viaje a España. Este dinero lo entregó a un miembro de una organización dedicada a organizar viajes en patera. Según su versión, este hombre indicó a los pasajeros que si les interceptaba la Policía debían decir que todos habían conducido la patera. El procesado explicó que la embarcación salió de Argelia con 18 litros de agua y algo de comida.

Entre las pruebas obra una fotografía en la que se ve al acusado con una mano sobre el motor. El hombre sostuvo que le hicieron sentarse para sacarle esa fotografía, y que no se opuso porque temía que le tirasen al mar si se negaba. También acusó de «mentir» al migrante que le señaló ante la Policía como el patrón de la patera.

El procesado declaró que se quedaron sin combustible justo antes de llegar a las costas de Baleares. Fue en plena noche y tuvo «miedo» porque estaba «muy oscuro» y todos en la embarcación se encontraban ya «sin fuerzas».