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OPINIÓN

El Mallorca nos sale cada vez más caro

Son Moix

Serena Williams solo ha amasado una fortuna de 300 millones de euros con la raqueta. Estremece por tanto su lamento de que «no es justo que tenga que elegir entre el tenis y la familia». Seguro que el Consell de Mallorca dispone de alguna subvención millonaria para aliviar la situación de esta deportista atribulada, a abonar con los impuestos de mallorquines que cada vez tienen más problemas para pagar el alquiler y la luz.

Los jugadores del Real Mallorca padecen una situación mucho más precaria que Serena Williams. Apenas cobran una media alrededor del millón de euros, por lo que tendrían que trabajar trescientos años para igualar a la tenista. Suerte que el Consell también dispone de una solución económica para los futbolistas pobres. Las «modificaciones de crédito» de otras partidas pueden efectuarse desviando el dinero destinado a las menores tuteladas y abusadas, especialmente descuidadas en la entidad citada.

El PSOE anuncia cada mes que entregará dos millones al club decano de la isla, o que perecerá electoralmente en el intento. Dada la periodicidad mensual de la aportación, el Mallorca nos sale cada vez más caro. Catalina Cladera debería aclarar si los dos millones milagrosamente reaparecidos en septiembre son los mismos que se asignaron en agosto, o una cantidad adicional.

El Consell está tan obsesionado con subvencionar a los millonarios del Mallorca como si se lo exigiera la empresa de la carretera Palma-Manacor, por citar a otra empresa privada ejemplar que goza del aval de la institución pseudoprogresista. Ya se sabe que Podemos irrumpió en la política para mejorar las condiciones de los futbolistas de Primera División, por lo que solo queda analizar la encrucijada de Més.

La crisis de mentirijillas entre socialistas y ecosoberanistas responde a dos axiomas. Número uno y principal, el Mallorca cobrará los millones de euros injustificables. Número dos, en ningún caso se romperá un pacto que da de comer a decenas de nacionalistas. El resultado es una falta de credibilidad compartida, que al PSOE no le preocupa dado su hundimiento en Madrid. Cladera arrastra al socio díscolo, ridiculizado con sus estériles ladridos de caniche.

A falta de leer su próximo tuit con cerbatana, lo único que ha conseguido Més hasta ahora es subir el precio de la subvención. Someterse dócilmente a los dos primeros millones le hubiera salido más barato. A Mallorca, también.

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