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Investigador de la Universidad de Barcelona (UB)
Entrevista

Rafel Prohens: «Mallorca podría atraer mucho talento internacional, pero falta inversión»

Fundó la empresa CIRCE Scientific en 2012 junto a su socio Fernando Barrera con dos proyectos principales: el pteroestilbeno y la vitamina D. El objetivo es mejorar la salud y el envejecimiento de los ciudadanos a través de productos nutracéuticos

El investigador de la Universidad de Barcelona, Rafel Prohens, este jueves en Palma. GUILLEM BOSCH

Rafel Prohens, investigador de la Universidad de Barcelona (UB), inició hace una década con CIRCE Scientific una travesía profesional con un objetivo claro: mejorar la salud de la ciudadanía a través de la mejora de productos nutracéuticos. Ahora la empresa es uno de los grandes referentes en el sector biotecnológico, gracias a la colaboración entre Mallorca y Barcelona.

¿Qué es CIRCE Scientific?

Una empresa biotecnológica que surgió como una iniciativa para desarrollar proyectos de investigación aplicada, con una intención más comercial. Vimos que podíamos aprovechar mi conocimiento en el campo de la ingeniería cristalina y mi experiencia con la industria farmacéutica. Investigamos versiones mejoradas de productos nutracéuticos con propiedades beneficiosas para la salud.

¿Qué ha cambiado en estos diez años?

Inicialmente ofrecíamos nuestros servicios y conocimientos al sector farmacéutico. Luego evolucionamos para que, en lugar de que otros utilizaran nuestro know-how, fuéramos nosotros quienes desarrolláramos productos propios. Pasó de empresa de servicios a empresa biotecnológica. Desde hace cinco años llevamos a cabo proyectos de investigación y desarrollo con la intención de que lleguen al mercado, centrándonos principalmente en el mundo nutracéutico, relacionado con los productos naturales que acaban siendo consumidos por los humanos en forma de suplementos alimenticios.

¿Por qué decidieron hacer este cambio?

Aprovechamos una oportunidad y un nicho de mercado en el que había un gran potencial pero que no estaba suficientemente desarrollado. A nivel académico se estaban haciendo avances, aunque sin objetivos comerciales. Elegimos una serie de productos naturales que eran interesantes y empezamos a estudiarlos.

Su proyecto principal es el Pteroestilbeno. ¿Qué es?

A día de hoy es nuestro proyecto más maduro y que, con alta probabilidad, llegará antes al mercado. La intención es entrar en Estados Unidos a finales de 2022 porque reúne las condiciones regulatorias más apropiadas, pero queremos explorar todos los otros mercados, desde Europa hasta Asia. Se trata de un producto natural que se extrae de diferentes fuentes y está presente en frutos como los arándanos o la uva. Es menos conocido aunque más potente que el resveratrol, su referente más cercano y que se comercializa mucho más. El pterostilbeno es un potente antioxidante y hay muchos estudios que constatan sus propiedades anticancerígenas, reduce el estrés oxidativo y tiene un gran potencial como producto contra el envejecimiento. Actualmente tenemos una sociedad muy envejecida y cada vez queremos, no solo vivir muchos años, sino que estos sean buenos y de calidad. Eso hace que haya un gran interés en estudiar aquellos factores que influyen en la longevidad. El pterostilbeno ha demostrado ser un gran aliado para atenuar los efectos negativos del envejecimiento y nuestro cocristal de pterostilbeno, producto al que llamamos Pterostilbeno++, es un derivado natural, es decir sin derivación química, que ha demostrado una absorción más eficiente.

Explica que tiene muchos beneficios para los deportistas.

Exacto, porque el estrés oxidativo que sufre un deportista puede ser muy importante ya que está poniendo su cuerpo al límite. Por cierto, el envejecimiento es, en parte, también consecuencia del estrés oxidativo. El pterostilbeno permite reducirlo porque su actividad principal es antioxidante y está relacionado con la reparación del ADN celular. Pero el pterostilbeno convencional tiene grandes desventajas, porque se absorbe mal pese a ser más potente que el resveratrol. Por ello, aquellos suplementos alimentarios de pterostilbeno presentan eficacias limitadas. Aprovechamos nuestro conocimiento para encontrar soluciones que incrementaran su eficacia.

La idea es mejorar el pterostilbeno para que la absorción sea más eficiente.

Sí, este objetivo ya lo hemos alcanzado. No es un cambio químico de la molécula, sigue siendo pterostilbeno, pero descubrimos una nueva forma cristalina combinando el pterostilbeno con otro producto natural, que exhibe una biodisponibilidad mayor. Tenemos la producción lista, el cocristal está patentado y estamos acabando las últimas pruebas antes de lanzarlo al mercado.

Entiendo que el objetivo es llegar al consumidor general.

Así es. Puede ser muy interesante por ejemplo para personas que, pese a no ser profesionales, practican deporte con alta intensidad. Pero sobre todo personas de 40 o 50 años que se empiezan a preocupar por su salud y el futuro envejecimiento. Además, existe un amplio sector de la sociedad que cada vez más percibe que necesita cuidarse. Tener una población cada vez más envejecida supone una preocupación también para los Estados, porque puedes tener una población que viva muchos años, pero si esos últimos años los pasan enfermos eso supone un coste económico muy importante.

Se podría vender en farmacias.

Sí, así como en cualquier tienda de productos naturales o un herbolario. Seguramente se consumirá en cápsulas. Es un suplemento, no un tratamiento médico.

Sanifit ha sido el gran caso de éxito en los últimos tiempos de una empresa biotecnológica mallorquina. ¿Cómo ve la situación actual?

Balears es un ecosistema de I+D biotecnológico incipiente, donde poco a poco van apareciendo nuevos proyectos. Pero echo en falta infraestructura de apoyo para las nuevas empresas que van surgiendo. Por ejemplo, CIRCE realiza buena parte de la investigación en los laboratorios de la Universidad de Barcelona, situados en su Parc Científic porque requeríamos de unas instalaciones a las que no podíamos acceder desde aquí. Asimismo, para adquirir algunos conocimientos avanzados tuve que realizar estancias en las universidades de Cambridge y Sheffield ya que Reino Unido está mucho más preparado para este tipo de estudios. El uso de equipamiento e infraestructuras avanzadas y las colaboraciones internacionales son una característica común en la investigación biotecnológica. Empezar a facilitar el acceso a infraestructuras y equipamiento de uso común y al networking es clave para el desarrollo del sector balear.

¿El Govern balear va en el buen camino?

Tenemos constancia de que quiere impulsar la investigación y desarrollo biotecnológico. Creo que hace años que ve una buena oportunidad en el desarrollo del sector y ahora es un buen momento para que dé el paso adelante necesario. El caso de éxito de Sanifit es paradigmático y un ejemplo para todos. Y se harían muchos más proyectos si tuviéramos más apoyo institucional. Balears sufre un atraso respecto a otras regiones. Hay gente muy válida aunque faltan recursos. Las islas deben fijarse en lo que se ha hecho bien en otros lugares, como Barcelona, para implantarlo aquí. Me gustaría mucho que la realidad de Mallorca se pareciera a la de allí. Son punteros en lucha contra el cáncer, alzhéimer, enfermedades neurodegenerativas y muchos otros campos. Tienen universidades muy potentes, una Administración que apuesta decididamente y un sector privado que atrae a grandes investigadores.

¿Balears tiene problemas para atraer talento?

Sí, pero el nivel de vida que existe en las islas es muy atractivo para los investigadores. Aunque hay que pagarles bien y darles unas buenas condiciones. Cuando voy a congresos en otros países, los investigadores tienen una gran envidia de las condiciones de vida que tenemos en el Mediterráneo. He conocido casos en los que el sueldo ha pasado a un segundo plano a la hora de trasladarse a una ciudad como Barcelona. Mallorca podría atraer muchísimo talento internacional. Buscan lugares que les ofrezcan buenas oportunidades para la investigación. Podría ser un hub biotecnológico como ya lo es Barcelona. Sería fantástico que Mallorca pudiera aunar su calidad de vida a nivel ambiental y cultural, a una excelencia científica. Hace falta mucha más inversión, tanto pública como privada. Existen ayudas, claro, esto no es un desierto, pero las instituciones deben seguir apostando por la investigación. Me gustaría que casos como el de Sanifit o CIRCE sirvan como ejemplo para seguir trabajando en este sentido. Hace diez años no teníamos muchos referentes en este ámbito. Cuando acabé de estudiar Química en la UIB hace casi treinta años sabía que me tendría que ir de la isla porque apenas había futuro para un científico, y lo que me gustaría es que los estudiantes de aquí puedan quedarse y hacer más ciencia de calidad en Mallorca.

También están enfocados en la vitamina D.

Sí, porque localizamos problemáticas con la vitamina D. Hay que tener en cuenta que es esencial para los humanos, pero su producción decae muy rápidamente a partir de los 30 o 40 años, especialmente en países del norte donde hay poca incidencia de la radiación ultravioleta necesaria para producir vitamina D. Los países mediterráneos tienen menos problemas. La vitamina D está ligada con el sistema inmunológico y relacionado con la absorción de calcio por ejemplo. En los países del norte prácticamente cualquier persona de más de 40 años toma suplementos de vitamina D. Si hiciéramos un análisis sobre vitamina D, veríamos que muchas personas tienen déficit. Con la covid-19 se ha visto claro porque muchas personas vulnerables tenían déficit de vitamina D y, por tanto, dificulta la lucha contra una infección al tener el sistema inmunológico débil. El problema es que químicamente es inestable porque no tolera bien las altas temperaturas, la humedad elevada o la radiación solar.

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