El caso de Izan ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de establecer mejores protocolos y dotar de más recursos a este tipo de problemas. Por parte de la asociación Sin Acoso Escolar Mallorca explican que, desde enero hasta ahora, han atendido unos 140 casos de acoso escolar, pese a que la conselleria de Educación ofrece datos más bajos: «Se quitan de en medio y si no se activa el protocolo no lo cuentan».

Desde Educación afirman que tienen los mecanismos y son preceptivos porque si un profesor o una familia tiene una sospecha de posible bullying, se tiene que abrir el protocolo porque si no puedes meter un expediente: «No sé cómo funciona esta asociación ni cómo les llegan las denuncias. Se debe tener en cuenta que hablamos de bullying y acoso escolar, pero muchas veces es un tema social. No es solo en el colegio. El día 12 comienzan el colegio 178.000 alumnos en más de 400 centros. Casos de bullying ha habido siempre, se hace lo imposible para que no ocurran».

En este sentido, critican que «en estas situaciones a veces pecamos de que ahora todo el mundo es Izan y esto son tres días, pero la semana que viene continuarán y las noticias serán otras. Ni tanto cuando pasa una cosa así, ni tanta dejadez cuando no pasa. Desde los colegios se trabaja todos los días para evitar estos casos».

El asesor jurídico de Sin Acoso Escolar Mallorca, Miguel López Borton, detalla que muchas familias acuden a ellos para informarse sobre cómo deben proceder en un caso de bullying, aunque la gran mayoría de las veces suelen ser las madres quienes contactan directamente «desesperadas». Una vez estudiado el caso, se ponen en contacto con el centro, aunque confiesa que «normalmente pasan de nosotros» y empiezan a actuar judicialmente.

Argumenta que los colegios tienen mucho cuidado con estos casos, sobre todo cuando se trata de un caso tan viral: «Tienden a ponerse a la defensiva». Para López el error es convertir en viral el caso antes de tener una base o más pruebas porque van a abrir un protocolo y «no va a pasar nada más».

Argumenta que esto es beneficioso para la víctima porque tendrán una mayor atención por parte del centro y apunta que, al ser menores de 14 años, judicialmente no se podrá hacer mucho más: «La fuerza que tienen los padres en un caso así es actuar ante el colegio». Así, aconseja a las familias dejar constancia de todo en el colegio por escrito con dos copias, una para el centro y otra sellada para ellas, para ponerse en manos de profesionales una vez se haya hecho este trámite.

«Creo que se han hecho las cosas mal jurídicamente. Si tienen otras pruebas de que ha sido acoso en un periodo de tiempo largo, aquí sí que se podría actuar. En el caso de que haya más vídeos, se podría tirar adelante el caso porque le aportaría consistencia», concluye.