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Pere Salvà: «Todos los planes que se han hecho están en la papelera»

El catedrático de Geografía Humana habla de «angustia residencial» para describir la actual saturación

Pere Salvà. Manu Mielniezuk

Pere Salvà, catedrático de Geografía Humana y profesor emérito de la UIB, critica la estrechez de miras de los responsables políticos a la hora de gestionar la saturación turística. «Se han hecho muchos planes y dos libros blancos del turismo. ¿Dónde están? Supongo que en la papelera. Yo los tengo en mis estanterías. Todo el mundo habla de sostenibilidad y de economía circular, pero a la hora de la verdad no se hace nada. De momento parece claro que somos insostenibles», lamenta Salvà.

«La culpa no es del turismo, sino de la mala gestión del turismo. Hay que saber qué tipo de islas queremos y hacer un plan estratégico global a 30 años vista, no a cuatro porque hay elecciones. Y no solo relacionado con el turismo, porque el crecimiento del turismo va asociado a un crecimiento de la población. Según una proyección del INE habrá 170.000 personas más en las islas en 2035. Aunque no me parece muy realista, tenemos un reto porque más turistas significa más consumo de recursos, más generación de basura y más dificultad de acceso a la vivienda. Y ahora ya tenemos un serio problema con la vivienda», apunta.

Salvà ha rescatado un concepto de hace veinte años para definir el actual contexto: ‘angustia residencial’. «Sobre todo en temporada alta nos sentíamos como en una ratonera porque no teníamos tantas compañías aéreas y opciones para salir de la isla. Vivíamos en un cierto aislamiento, al mismo tiempo que empezábamos a ver que se agotaba el agua y problemas de saturación en las carreteras», señala.

Este experto habla de cuatro fases en la relación entre turistas y residentes. «En la primera el turismo es bienvenido. En la segunda, se percibe como algo comercial y en la tercera empieza a haber problemas por ese crecimiento a los que las administraciones responden con nuevas infraestructuras. ¿El aeropuerto es pequeño? Pues lo hacemos para 24 millones de personas. ¿Las carreteras son insuficientes? Haremos autopistas. Y eso lleva a la cuarta fase, la irritación», valora Salvà.

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