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La compra de vivienda usada se dispara en Balears y sube un 58%

Durante los seis primeros meses de este año se han adquirido en las islas 9.280 residencias de las que el 82% han sido de segunda mano ante la escasez de nuevos inmuebles

La demanda de primeras residencias sigue muy alta en las islas. MANU MIELNIEZUK

La adquisición de viviendas de segunda mano está disparada en Balears, con un crecimiento del 58,2% durante los seis primeros meses de este año respecto al mismo periodo del pasado año, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si la comparación se hace respecto al primer semestre de 2019, antes de la pandemia, el aumento es más moderado pero también muy considerable, y se cifra en un 27,2%. En estos momentos, de cada 10 inmuebles residenciales comprados en el archipiélago, algo más de ocho son usados, una tendencia que se puede ir acentuando debido a la escasez de nuevas edificaciones, según se destaca desde el sector.

El informe publicado ayer por el INE cifra en 1.499 las viviendas adquiridas en Balears durante el pasado mes de junio, con un incremento del 33,2% respecto a las mismas fechas del pasado año. Pero si se hace balance de lo sucedido durante el primer semestre de 2022, la cifra de inmuebles comprados se eleva a 9.280 y la subida en relación al mismo periodo del pasado año se incrementa hasta el 54,6%.

Lo que reflejan también los datos del citado organismo es la enorme presión que se está registrando sobre la vivienda de segunda mano de las islas, porque en ese semestre los inmuebles usados transmitidos se cifran en 7.636. Eso supone que el 82,2% de las casas compradas entre enero y junio se enmarcan en esa categoría. Además, se trata de unas adquisiciones que se han incrementado un 58,2% en relación a 2021.

La cifra de residencias de nueva edificación durante ese primer semestre se sitúa en las 1.644, también con un potente aumento del 39,5% en relación al mismo periodo del pasado año, pero colocándose en clara minoría respecto a las usadas.

Un matiz a destacar respecto al dato de junio: las 1.499 viviendas adquiridas en las islas equivalen a 152 por cada 100.000 habitantes con edades comprendidas entre los 18 y los 84 años. Esta tasa no solo esta lejos se situarse en los puestos de cabeza (la Comunidad Valenciana se pone al frente con 222), sino que incluso queda por debajo de la media nacional, de 154.

La presidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, Natalia Bueno, señala que las edificaciones nuevas, además de escasas, tienen un precio excesivo para la mayoría de los residentes en el archipiélago, lo que está volcando toda esta demanda sobre el segmento de la segunda mano. Como ejemplo, señala que recientemente se han llegado a pagar 130.000 euros por un piso de los años 70 (necesitado de reformas) en la barriada palmesana de Son Gotleu.

Natalia Bueno apunta que la buena marcha de la temporada turística y la intensidad que presenta el mercado laboral balear están favoreciendo que la demanda de primeras residencias se mantenga alta, aunque no oculta las incertidumbres que existen respecto a lo que va a suceder a partir de noviembre, especialmente con el encarecimiento de las hipotecas.

El vicepresidente de la asociación de promotores del archipiélago (Proinba), Bartolomé Mayol, coincide en que la cifra de nuevos inmuebles en construcción es muy baja, lo que está desplazando la demanda hasta las residencias usadas, hasta el punto de que ya se ha detectado el caso de extranjeros que acuden a las subastas judiciales para hacerse con alguna vivienda.

Además, señala que aunque el dato del INE apunte un aumento de la compra de residencias nuevas del 39,5%, esta cifra corresponde al momento en el que ese cambio de propiedad se registra, pero se trata de adquisiciones pactadas con el promotor un año atrás, cuando la demanda se intensificaba.

Mayol recuerda que los datos de los aparejadores del primer semestre de este año muestran un apreciable recorte en los proyectos de nuevas residencias, especialmente plurifamiliares, por lo que apunta a que en 2023 la escasez actual no hará mas que acentuarse.

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