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La temperatura del agua propicia que los ‘verderols’ crezcan más

Expertos ya han avistado alevines de las serviolas de hasta 20 centímetros, medida poco habitual en estas fechas

La temperatura del agua propicia que los ‘verderols’ crezcan más

Las elevadas e inusuales temperaturas del agua es tremendamente perjudicial para los organismos marinos que viven anclados en sus fondos pero, al mismo tiempo, puede suponer una oportunidad para las especies móviles que con su movimiento pueden eludir las situaciones más traumáticas de los efectos de un cambio climático que cada vez se deja notar más.

Quien defiende esta teoría es Antoni Grau, jefe de recursos marinos de la dirección general de Pesca que acostumbra a bucear regularmente por el litoral mallorquín y que opina que este sobrecalentamiento del agua podría haber incrementado la presencia de nutrientes en el agua que habrían provocado que los verderols, alevines de las serviolas muy apreciados por los pescadores de las islas cuya veda se abre el próximo 15 de septiembre, alcancen un tamaño inusual en fechas tan tempranas.

«Este mismo fin de semana he estado buceando y he visto verderols de entre 18 y 20 centímetros cuando lo habitual por estas fechas es que tengan el tamaño un poco mayor al de un capuchón de un boli bic, entre cinco y seis centímetros», revela el jefe de recursos marinos.

Crece un 5% cada día

«El agua está más caliente y esa temperatura acelera el crecimiento de los organismos que contiene ofreciendo más alimentos a algunas especies. Si tiene comida, un verderol puede incrementar su tamaño un 5% cada día por lo que en tan solo diez días puede llegar a doblar su peso», detalla Grau.

Por todo ello, el responsable marino no descarta que los aficionados a la pesca de esta especie se encuentren con que a partir del próximo 15 de septiembre que se abre la veda puedan capturar ejemplares mucho más grandes y desarrollados que en ocasiones precedentes.

«Cualquier perturbación permanente como puede ser la temperatura, turbidez o calidad del agua puede acabar afectando a organismos como los corales, las gorgonias o las esponjas que viven anclados en los fondos marinos», reitera el experto recordando no obstante la «resiliencia» de la naturaleza a los cambios provocados por el ser humano.

Y es que otro de los fenómenos que ha observado y que le han llamado la atención en sus habituales inmersiones marinas es la gran cantidad de ejemplares de meros pequeños que ha podido contemplar últimamente.

«Hay mucho reclutamiento de meros. Son ejemplares que previsiblemente fueron engendrados el verano pasado porque hubo mucho plancton», baraja el jefe de recursos marinos explicando que estos reclutamientos, aunque se produzcan con una periodicidad de cada diez años, ya le van bien a una especie que es muy longeva. «Un mero puede llegar a vivir hasta 60 años», detalla recordando que en una ocasión analizaron una cabeza de cherna (una especie de mero de aguas más profundas y que alcanza un mayor tamaño) y determinaron que el ejemplar pudo llegar a pesar unos 57 kilos y que alcanzó los 54 años de edad. «No es raro que un ejemplar de 25 kilos ya haya cumplido los treinta años», concluye el jefe de recursos marinos subrayando que las condiciones meteorológicas extremas que padecemos este verano pueden ser una oportunidad para algunas especies.

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