PP y Vox coincidieron ayer en reclamar la dimisión o el cese de la consellera de Salud, Patricia Gómez, al considerar probado que la alto cargo conocía con anterioridad a todo el escándalo que la hija de su pareja y ya exdirector general del Servei de Salut (IB-Salut), Juli Fuster, concurría a una oposición para obtener una plaza de médico anestesista en la empresa pública que dirigía su padre.

Cómo se recordará, Fuster tuvo que presentar su dimisión el lunes de la semana pasada al haber firmado una resolución que rechazaba un recurso presentado por otro opositor que concurría al mismo proceso selectivo que su hija vulnerando el código ético del Govern que establece que los altos cargos deben inhibirse en todo tipo de decisiones que afecten a familiares.

El exdirector alegó que su firma obedecía a un «error administrativo» y esta excusa, reiterada ayer por la consellera durante su rendición de cuentas ante el Parlament, no convenció ni al PP ni a Vox ni a Cs cuya representante, Patricia Guasp, declinó sumarse a las peticiones de dimisión de Gómez pese a subrayar que no se había producido un error administrativo sino, por el contrario, «una infracción muy grave por su obligación de abstenerse» de un proceso administrativo al que concurría su hija.

El diputado del PP Antoni Costa centró su intervención recordando que la consellera es la pareja de Fuster y formulándole una batería de preguntas personales para demostrar que Gómez sabía por su propia hijastra que iba a concurrir a las oposiciones de anestesista, algo que la alto cargo admitió que Mireia Fuster le había comunicado en el transcurso de una comida. Por ello, el PP estimó que Gómez había «coparticipado en los hechos» y reclamó por tanto su dimisión o su cese por la presidenta Armengol.

Otro de los argumentos que esgrimieron tanto PP como Vox para demostrar que Fuster sabía que firmaba resoluciones contrarias a un opositor rival de su hija, es que el ya exdirector del IB-Salut solicitara un informe jurídico que avalase la necesidad de mantener el anonimato en una oposición para rechazar el recurso de alzada presentado por este motivo por el reclamante. «Al solicitar el informe intervino deliberadamente en la oposición de su hija. No es creíble que Fuster no lo hiciera de forma directa e individualizada», apuntó Costa.

Petición de Fuster

Desde el Servei de Salut matizaron que Fuster reclamó ese informe pero que lo hizo a petición de sus servicios jurídicos que lo necesitaban para desestimar el recurso de alzada presentado y habida cuenta de que era otro departamento del IB-Salut, el de Recursos Humanos, el que debía elaborarlo siempre previa petición del exdirector general.

Por su parte, Sergio Rodríguez, diputado de Vox, tras considerar que defender que Fuster desconocía que intervenía en una resolución favorable a los intereses de su hija era «más difícil de creer que el desmayo del jefe de comunicación de Armengol» en la noche de copas de la presidenta en el Hat bar durante la pandemia, concluyó que Fuster «ha dimitido porque no actuó conforme a derecho, no por un error administrativo». Todo ello le llevó a solicitar la dimisión de la consellera «por este caso y por el de las vacunas» (en alusión a los altos cargos que se vacunaron antes de su turno) y para evitar que su actuación desluciese el excelente trabajo realizado por los sanitarios durante la pandemia de covid-19.