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Empresas y sindicatos advierten de una caída de la construcción en 2023

Promotores y constructores anuncian un frenazo en la edificación de viviendas mientras que CC OO admite que «viene una bofetada»

Promotores y constructores prevén un recorte en los proyectos de viviendas. MANU MIELNIEZUK

El sector balear de la construcción se está viendo abocado a una crisis durante el próximo año, según coinciden en pronosticar tanto los empresarios como los sindicatos. Las subidas de los costes y de los tipos hipotecarios, sumadas a las incertidumbres que la guerra de Ucrania están generando en materia energética, están provocando que los promotores inmobiliarios estén reduciendo el número de proyectos que se ponen en marcha para la edificación de nuevas viviendas, según reconoce el presidente de la asociación balear que representan a este colectivo, Luis Martín. La gerente de la patronal de constructores, Sandra Verger, comparte este diagnóstico, y extiende la caída de proyectos a los vinculados a oficinas e instalaciones comerciales e industriales. El secretario general de la federación de CC OO, Miguel Pardo, es muy gráfico a la hora de definir lo que se avecina: «Sabemos que nos viene una bofetada, lo que no tenemos claro todavía es la dureza con la que nos va a golpear».

Durante las últimas semanas son varios los mensajes que se han lanzado advirtiendo de un enfriamiento en la actividad constructora. Los aparejadores señalaron a principios de julio que los datos del primer semestre apuntaban a que los proyectos residenciales de Mallorca habían entrado en recesión. Pocos días después, el presidente de la asociación balear de inmobiliarias especializadas en el producto de alto nivel (ABINI), Hans Lenz, señalaba una apreciable desaceleración en la demanda de este tipo de propiedades por parte de la clientela extranjera. Y esta misma semana, los arquitectos han advertido del inicio de una tendencia a la baja en los proyectos destinados a la construcción de viviendas, tanto chalés como plurifamiliares, aunque más intensa en esta última tipología.

Ahora es el presidente de los promotores inmobiliarios el que reconoce que las empresas del sector están «agazapadas» ante las enormes incertidumbres que se han abierto y que están frenando la puesta en marcha de nuevos proyectos.

Las causas expuestas por Luis Martín para explicar está bajada en su actividad son varias, y recuerda que los dos municipios con mayor demanda, como Palma y Calvià, están con planes generales nuevos; el constante aumento en el precio de los materiales, que dificulta enormemente estimar el coste final que va a tener una edificación; el miedo a que la demanda de las familias de las islas se retraiga a causa de la inflación; y la subida de los tipos hipotecarios.

Aunque en este momento la actividad constructora es elevada debido a la inercia que se mantiene por las promociones que ya están en marcha, este representante empresarial advierte de que a partir de 2023 comenzará a detectarse una caída en la actividad constructora, a medida que se vayan completando los proyectos todavía en ejecución y cada vez sean menos los que se inician. Según Martín, esta descenso se hará especialmente evidente a partir de mediados del próximo año, y puede tener una duración de dos ejercicios.

El presidente de los promotores hace una advertencia adicional: las medidas adoptadas por el Govern para impulsar que salgan al mercado 15.000 viviendas protegidas de poco servirán si no se agiliza su tramitación.

Sandra Verger reconoce que los constructores son conscientes del problema que se avecina, a la vista del descenso en la cifra de proyectos que llegan a sus manos. Los datos de que dispone la patronal de este sector apuntan a que la bajada se está centrando en las actuaciones en materia de vivienda y en las relacionadas con instalaciones comerciales o de oficinas, mientras que las reformas hoteleras presentan una evolución positiva. También se espera que la obra pública se mantenga gracias a los fondos europeos.

La gerente de la asociación de constructores coincide con el representante de CC OO en un aspecto, y es la preocupación de ambos por el empleo que el sector genera, dado que esta actividad lo destruye con la misma rapidez con que lo crea. Ahí es donde Miguel Pardo ve venir el golpe a partir del próximo año. La construcción da trabajo a cerca de 60.000 asalariados y autónomos en las islas.

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