El Partido Popular consiguió debatir su reforma fiscal tras varios intentos en el Parlament con un resultado esperado: su propuesta es incompatible con los partidos del Pacto. El portavoz del PP, Toni Costa, afirma que los ciudadanos «deberán elegir en 2023 entre Armengol, que mantendrá la presión fiscal o incluso la incrementará, y Marga Prohens, que bajará los impuestos en los seis primeros meses». Para ilustrar su propuesta, puso el ejemplo de las decisiones de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juanma Moreno en Andalucía. La presidenta del Govern, Francina Armengol, estuvo presente, al igual que la líder del PP, Marga Prohens.

La reforma fiscal incluye la supresión del Impuesto de Sucesiones de padres a hijos, abuelos a nietos y entre cónyuges, la supresión del impuesto a la compra de vivienda para menores de 30 años y rebaja del 50% a menores de 35, la rebaja del IRPF en 0,5% para las rentas inferiores a 30.000 euros y 0’25% al resto, así como nuevas deducciones por nacimiento, cuidados de mayores o para propietarios que pongan vivienda en el mercado de alquiler.

La diputada socialista Maria Antònia Truyols reprochó a Costa que repita el «mantra electoralista» de la bajada de impuestos, un planteamiento que, además, «no se corresponde con lo que ha hecho su partido cuando ha gobernado en Balears». Según Truyols, las medidas fiscales que propone el PP balear, igual que las que aplica el partido en regiones donde gobierna, «benefician especialmente a los más ricos y suponen rebajas insignificantes para las familias con menos recursos, que son a los que se dirigen las ayudas puestas en marcha por el Gobierno central contra la crisis de la covid y la inflación».

Por su parte, la diputada de Més per Mallorca Joana Aina Campomar considera que se trata de «una política partidista, de maquillaje, que no va al centro de la cuestión y que, además, beneficia sobre todo a rentas altas». Frente a la propuesta del PP, afirma, «lo que necesitan las Islas es transitar hacia un modelo que no dependa solo del turismo y será entonces cuando mejore la vida y el bienestar de familias y empresas».

La diputada de Unidas Podemos Antònia Martín, respondió que «lo único que quieren los 'populares' es volver a empobrecer los servicios públicos y proteger a las grandes fortunas» y pidió un impuesto a las grandes fortunas.

El Pi, Cs y Vox se mostraron favorables a la tramitación, aunque todos precisaron cambios. El más reseñable fue el pronunciado por el portavoz regionalista, Josep Melià, que apostó por un «concierto económico», una idea que contó con el beneplácito de Més per Mallorca.