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El desembarco de OTRAS en Mallorca aviva el debate de la prostitución

El Govern, a través del IBDona, y Casal Petit, apuestan por abolir esta práctica - La directora insular del Consell critica la propuesta «penalizadora» del Gobierno

El desembarco de OTRAS en Mallorca aviva el debate de la prostitución

La constitución en Balears del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS ha reactivado el debate sobre la prostitución. Esta organización reclama la despenalización de la actividad, al tiempo que rechaza que la mayoría de mujeres que la ejercen lo hagan de manera obligada o sean víctimas de trata.  

La directora del Institut Balear de la Dona (IBDona), Maria Duran, critica los postulados de OTRAS, desde su propia existencia como sindicato hasta el concepto de trabajadoras sexuales. «No es ni será nunca una profesión. Mientras haya mujeres cuyo destino principal sea la satisfacción sexual de los hombres, no habrá igualdad entre hombres y mujeres. Nadie que defienda la prostitución como profesión quiere que su hija ejerza de prostituta. Por tanto no hablemos de profesión, hablemos de utilización», valora.

Duran rebate el argumento de que una parte significativa de quienes ejercen lo hacen de forma voluntaria esgrimiendo un informe que el IBDona realizó en 2020 con entrevistas a 239 mujeres en situación de prostitución. «El 86% respondió que si pudiera probar otro trabajo dejaría la prostitución. Y el 71% dijo haber sufrido maltratos físicos, psicológicos o violencia sexual en el último año. Eso nos dice que no están por gusto sino por necesidad, o porque tienen responsabilidades familiares que no tienen otra forma de satisfacer», subraya.

«El Govern balear lo tiene clarísimo: está por la abolición. Pero la abolición no es prohibición. Las mujeres que quieran salir de la prostitución tienen ayuda para incorporarse al mercado ordinario. La abolición también implica limitar a los proxenetas, que son los que sacan el beneficio, y también dificultar a los puteros el poder acudir a la prostitución», defiende Duran. 

La directora del IBDona enfatiza asimismo que «la esencia de abolir es la recuperación de estas mujeres para su autonomía y proyecto vital con su incorporación al mercado laboral». Y reitera: «Es impensable que haya igualdad mientras exista un cupo de mujeres, y de niñas, destinadas a satisfacer los deseos sexuales de los hombres. Es importante afrontar este fraude que supone un sindicato de mujeres en situación de prostitución». 

Por su parte la directora de Igualdad y Diversidad del Consell, Rosa Cursach, reclama una discusión que aborde la complejidad de la prostitución. «Es un debate que se está teniendo en el seno del movimiento feminista y que no está resuelto. El blanco o el negro, las posturas maniqueas, no benefician a las mujeres más vulneradas por este sistema clasista, patriarcal, racista y colonial», subraya. «La prostitución está atravesada por otros temas como el sexo, el trabajo, la inmigración, la pobreza o el racismo. Así que no abordarlo en su complejidad hace todavía más vulnerables a las mujeres que la ejercen», añade.

Cursach, que durante la pasada legislatura fue directora del IBDona, no tiene claro cuál es el modelo más adecuado para abordar esta problemática. «No tengo una postura definida, y de entrada no hay solo dos posturas», asume. «En este momento hay una postura abolicionista, prohibicionista y penalista. Y ser abolicionista no tiene por qué limitarse a considerar que haya que perseguir penalmente. Y hay otras posturas, en determinados países han ido por una vía de despenalización y de dar derechos a las mujeres», manifiesta. 

En todo caso, critica la ley abolicionista que está tramitando el Gobierno central: «Es una propuesta penalizadora que no se plantea en ningún momento una reforma de la Ley de Extranjería o dar permisos de trabajo a las mujeres sin papeles. Y son los dos aspectos más importantes cuando un Gobierno se plantea abordar la prostitución».

Casal Petit, perteneciente a la Congregación de las Hermanas Oblatas, ofrece formación y ayuda para insertarse en el mercado laboral a las mujeres en situación de prostitución. «Nos enfocamos al abolicionismo porque ninguna de las mujeres a las que atendemos han elegido la prostitución. Las hay que están en exclusión social y se ven obligadas a ejercerla por las circunstancias, pero no han podido elegir porque no han tenido otras opciones. Y otras son víctimas de trata: alguien las ha traído aquí engañadas y han abusado de su situación de vulnerabilidad en su país de origen», plantea Magdalena Alomar, coordinadora de esta entidad. 

En todo caso, acepta que los planteamientos de OTRAS «ayudan a crear debate» sobre este tema. «Es necesario y nos tenemos que escuchar. Es cierto que hay una parte de mujeres que eligen libremente ejercer la prostitución y está bien que tengan este apoyo. Aunque nosotras trabajamos con un grupo muy distinto de mujeres y no compartimos lo que dicen», señala. 

Asimismo, reprocha que el sindicato «da mensajes en el sentido de que la prostitución es fácil y alimenta una visión de esta práctica que no es la real». 

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