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Entrevista

Jon Sistiaga: «La guerra televisada de Ucrania ha sido pornografía informativa»

Jon Sistiaga (Irún, 1967) convirtió el reporterismo de alto riesgo en una visión analítica de los conflictos bélicos sin adicciones, asistió a José Couso asesinado en Irak, presagió como documentalista el guerracivilismo vigente en Estados Unidos y ha debutado en la novela con ‘Purgatorio’ y con éxito

Jon Sistiaga B.RAMON

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Por qué no está en Ucrania?»

Porque hoy piden un periodismo más de impacto y menos analítico, y para eso no van a contar conmigo. Los dos primeros meses de la guerra de Ucrania en televisión fueron pornografía informativa.

¿Preferiría entrevistar a Putin o a Zelenski?

A Putin y de cerca, sin mesa de por medio. Le preguntaría si tiene el mismo cirujano estético que Berlusconi.

Hay un ‘síndrome bang bang’, una adicción a la guerra.

Nunca lo he tenido, ni me he sentido parte de la famosa tribu de que «nos veremos en el International de Saigon o en el Intercontinental de Bagdad».

Sale de la prisión de Burgos.

Muy contento de haber hablado con un montón de presos con ganas de abandonarla y de ser nuevos ciudadanos. También he comprobado lo equivocados que estamos con los funcionarios de prisiones, a quienes asociamos con una idea punitiva cuando buscan sinceramente la reintroducción de los internos en la sociedad.

Estuvo en Chernóbil, ¿la energía nuclear es verde?

Chernóbil será inhabitable durante los próximos 24 mil años. Lo que más impresiona es el silencio absoluto y aterrador que convertí en el protagonista del documental. Tiré la ropa que llevaba.

¿Tiene un punto de vista sobre todo?

No soy tertuliano ni todólogo, llámalo periodista a secas. Intento documentarme y distingo perfectamente cuando solo soy el «colega Jon» en la barra del bar.

¿Está con Pablo Iglesias o con Ferreras?

Con ninguno de los dos, no se puede mentir ni manipular. Uno ha mentido, y a ambos les gusta manipular.

Usted decretó «El fin del periodismo» antes del estallido del escándalo.

A veces hay que acabar con algo para reinventarlo. El periodismo tal como lo conocíamos ha muerto, y de esas cenizas puede surgir uno nuevo basado en fundamentos como no mentirás o no levantarás falso testimonio. Volverá a ser necesario, se huirá de la saturación de las redes sociales a nichos sin mentiras, se escuchará a quien no piensa igual que nosotros para combatir el sesgo cognitivo.

¿Siempre nos quedará Tele 5?

Tengo que agradecer a Tele 5 que me hiciera periodista de televisión, y la oportunidad de los primeros conflictos. A partir de ahí, me largué en 2005 porque no era mi lugar, pese a que los informativos siempre fueron una isla en ese mar de amarillismo y sensacionalismo.

Su novela ‘Purgatorio’ se escribe con ‘P’ de ‘Patria’.

No pretendo compararme con el poderoso alegato de Patria. Mi novela Purgatorio va sobre el postconflicto, y quiere ser una patada en el oasis vasco y en quienes se han ido de rositas. Si quienes mataron y quienes torturaron lo contaran, ese «sí, fui yo» clausuraría el duelo.

¿Ha hecho bien entonces Cuca Gamarra en asociar a Pedro Sánchez con ETA?

ETA desapareció de nuestras vidas hace una década. No mata, no manda, no está en el Gobierno. El problema de Sortu, porque Bildu es una coalición, con sus juventudes es que les acusan de haberse institucionalizado, de ser casta.

¿Basta con el reconocimiento por parte de Bildu del dolor causado?

Constatar el sufrimiento causado como han vuelto a hacer es una obviedad, han de reconocer que nunca debió producirse.

¿Sin una cuota de olvido no hay reconciliación posible?

Interesante, pero sin olvido llegas a una reconciliación falsa. Huyo además de las palabras reconciliación, culpa, condena, perdón,... Hay que desecharlas en esta fase, porque en Euskadi no había dos comunidades enfrentadas, los vecinos divididos han de decir lo siento y volver al mismo bar.

¿Las armas son para utilizarlas?

Cuando tienes un arma, puedes utilizarla. No me creo esas teorías de que no matan las pistolas, sino las personas que las disparan. Matan las personas con armas, en Estados Unidos les parecía increíble que en España hubiera 250 fallecidos por arma de fuego al año, creían que era una realidad paralela, porque allí multiplican esa cifra más de cien veces. El derecho a portar armas es una anomalía constitucional estadounidense.

¿Se imagina otra guerra civil en Estados Unidos?

Estuvieron a unas horas de la guerra civil el seis de enero del año pasado. En los dos capítulos de Estados Desunidos de América, la expresión más repetida es «civil war». Para los extremistas, el enfrentamiento violento era tangible, y una realidad mental instalada para los intelectuales.

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