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Paula Pascual: «Los niños somos parte de la sociedad, queremos tener voz y que nos escuchen»

Paula Pascual es la voz balear de millones de jóvenes en el Consejo estatal de la Infancia | Su perspicacia y espíritu rebelde la han llevado a lo más alto, en un camino en el que ha tenido que luchar contra una discapacidad visual

Paula Pascual: "Los menores de edad también formamos parte de la población y queremos que se nos escuche"

Paula Pascual: "Los menores de edad también formamos parte de la población y queremos que se nos escuche" B. Ramon

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Paula Pascual: "Los menores de edad también formamos parte de la población y queremos que se nos escuche" Irene R. Aguado

«Viajé a Madrid, conocí a Pedro Sánchez y le pedí al Gobierno que nos escuche, que los niños somos parte de la sociedad y queremos tener voz». Lo dice una joven de 14 años recién cumplidos, aunque resulte sorprendente. Paula Pascual tiene las ideas claras y toda una vida por delante, aunque acostumbra a exprimirla como si todos los días fueran el último.

El día en que Paula conoció a Pedro Sánchez y a sus ministros estaba "nerviosa", explica, aunque demostró en Madrid su soltura y madurez al reivindicar ante todo el país los derechos de la infancia.

Su discapacidad la llevó a la Fundación ONCE de Baleares, donde recibe ayuda para manejarse en el día a día con solo un 30% de agudeza visual. Mucho desparpajo a tan corta edad llamó la atención y Paula despegó. Llegó como voluntaria al movimiento Cermi Mujeres, que trabaja por la igualdad de género entre las ciudadanas discapacitadas. Allí volvió a sorprender por su perspicacia y espíritu rebelde, así que a finales del año 2021 le propusieron formar parte del nuevo Consejo de Participación de la Infancia y Adolescencia.

Dicho y hecho. El organismo echó a andar en diciembre y Paula es la única representante balear de los 34 niños y jóvenes que lo conforman. «Todavía estamos empezando, tenemos muchos proyectos en marcha, pero nuestro objetivo principal es tener voz en las instituciones, que nos escuchen y nos tengan en cuenta». Y precisamente ella pone la voz y el rostro de este archipiélago.

La semana pasada viajó a Madrid para intervenir como representante del consejo en un acto oficial del Gobierno. «Confieso que estaba nerviosa, pero cuando subí al escenario pensé: ‘No hay vuelta atrás, tienes que hacerlo’», recuerda. Ante Pedro Sánchez, Ione Belarra y otras autoridades del Ejecutivo central, la joven mallorquina habló de salud mental y reivindicó los espacios de participación para los menores, en particular de los que tienen necesidades especiales: «No me voy a olvidar nunca de esa experiencia. Fue una oportunidad única y estoy muy orgullosa, todo salió muy bien». Una semana después, todavía asimila la repercusión que ha tenido: «Cuando salí de allí tenía más de 300 mensajes felicitándome. Me han contactado muchos medios, salgo en el periódico y en la tele», cuenta la joven bajo la orgullosa mirada de su padre.

Paula promete y no decepciona. Además de consejera, es karateca, canta, baila, toca el piano, hace teatro y edita vídeos. «No tengo un minuto para aburrirme», ríe. Sin embargo, sí ha encontrado tiempo para defender los derechos del resto de niños del país: «Formamos parte de la población, y como tal, queremos que se nos tenga en cuenta para tomar decisiones».

Junto a la salud mental, el deporte es una de sus cruzadas, y se lo hizo saber al mismísimo ministro del ramo. «No pido espacios exclusivos para nosotros, lo que pido es que haya profesores y monitores que estén atentos de los niños con discapacidades y puedan atenderlos», explica Paula, que además de visión reducida, lidia con su condición de albinismo y con la ansiedad social.

Con 14 años, Paula mira al futuro y lo tiene claro: «Quiero ser psicóloga para ayudar a los demás. Es más, quiero ser psicóloga infantil en los colegios, y trabajar con niños como yo». Precisamente para los niños que, como ella, son discapacitados, manda un esperanzador mensaje: «Que no se rindan nunca. Es un camino difícil, lo sé, les entiendo perfectamente. Pero no hay que rendirse. Que pidan ayuda, siempre habrá alguien que les apoye. No están solos».

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