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Nou Llevant, de barrio rico a barrio pobre con cruzar la calle

Asentamientos de personas sin techo y chabolas conviven a escasos metros de las nuevas promociones de viviendas de lujo

Una de las chabolas de Nou Llevant, justo en la acera de enfrente de las nuevas promociones de lujo. | B.RAMON

Caminar por Nou Llevant es atravesar fronteras invisibles. En este barrio de Palma, uno puede comprarse una vivienda de lujo por más de medio millón de euros y asomarse por el balcón para disfrutar de las vistas a un mundo completamente distinto. Uno que, casi con toda probabilidad, es más cruel y descarnado.

En realidad, tampoco hace falta asomarse por el balcón. Basta con cruzar una calle. De chabola improvisada con sábanas y maderas, a sensacionales bloques de pisos de primera calidad con piscina, solárium y gimnasio. De las clases más desfavorecidas, a las más adineradas.

Todavía está por ver cómo será la relación entre vecinos. Las dos caras de la misma moneda conviven desde hace poco. En los últimos años, los asentamientos han proliferado hasta estar repartidos por toda la zona. La covid fue el detonante, la inflación y los precios de la vivienda el agravante. Al mismo tiempo, inmobiliarias e inversores se frotan las manos con las posibilidades urbanísticas de un barrio de Palma en expansión.

Mientras, las constructoras aceleran la marcha del tramo final de las últimas promociones de viviendas de lujo. Van desde los 500.000 euros hasta los tres millones, y gran parte de ellas ya están reservadas o vendidas. Cuando se proyectaron, probablemente no contaban con que una crisis sanitaria y económica expulsaría a tantas personas de sus hogares, que acabarían improvisando infraviviendas para sobrevivir en estas calles.

Algunos aprovechan las casetas de electricidad para asentarse. Empotran colchones y cuelgan sábanas para ganar intimidad. Y allí, al aire libre, hacen vida. Apenas tienen sombra para refugiarse del calor, que durante gran parte del día les obliga a salir en busca de refugios más frescos.

Con el paso de los meses, los alrededores se llenan de todo tipo de suciedad, residuos, latas, bolsas, palés y mucha basura que se amontona cerca de las chabolas. En una de ellas hay incluso un carrito de bebé, que deja una impactante fotografía en el entorno insalubre de la estancia. Justo delante, en la acera de enfrente, grúas y obreros trabajan a toda prisa para terminar las viviendas de la avenida Mèxic, con tecnología punta y diseños de última generación.

El ostentoso lujo no solo contrasta con las chabolas. Gran parte de las calles tienen un aspecto dejado; la degradación se ve a simple vista y la zona carece de actividad vecinal. Los coches abandonados, rotos y sin ruedas ni cristales son los reyes de la carretera. Nou Llevant también es uno de los principales puntos de estacionamiento de autocaravanas en Palma.

Aunque inversores y promotores confían en que el desarrollo urbanístico les beneficie, la realidad es que de momento ni siquiera hay apenas tiendas, bancos ni farmacias. Incluso la Associació de Veïns Nou Llevant se ha quejado en varias ocasiones del abandono del gobierno municipal, y espera que por lo menos las promociones de viviendas de lujo merezcan la atención de Cort en el barrio.

Mientras tanto, igual los lujosos inquilinos prefieren relajarse con las vistas desde el otro lado del balcón. Solo en lo que las instituciones tarden en erradicar la pobreza, las chabolas y los asentamientos. Para ese entonces, se podrá cruzar la calle sin tener que recordar que los hay menos afortunados.

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