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Investigador del Institut de Ciències del Mar del CSIC
Entrevista

Joaquim Garrabou: «Tenemos que reducir nuestro ritmo de vida si queremos salir adelante»

«Los impactos del cambio climático están siendo más evidentes en el Mediterráneo» - «Si no hacemos nada, los problemas se acelerarán»

Joaquim Garrabou, experto en Áreas Marinas Protegidas. CSIC

Joaquim Garrabou fue uno de los expertos que a mediados de junio se citó en junio en Palma en unas jornadas de trabajo sobre Áreas Marinas Protegidas organizadas por la Fundación Marilles. Un centenar de profesionales debatieron sobre la utilidad de estas zonas como herramienta contra la crisis climática y sobre los réditos ecológicos y económicos que genera invertir en ellas.

¿Qué se puede hacer y qué no dentro de un Área Marina Protegida?

Básicamente es una zona en la que hay una regulación más restrictiva con respecto a la actividad humana que puede ir desde limitar el anclaje de embarcaciones hasta que ni siquiera se pueda acceder. O prohibir la pesca recreativa pero autorizar la profesional con ciertas artes. Hay diferentes niveles de regulación. 

El objetivo es tener un 30% de Áreas Marinas Protegidas en 2030. ¿Vamos por buen camino?

No. A nivel de todo el Mediterráneo estamos alrededor de un 8% y España roza el 10%. Pero es que a nivel europeo además está el objetivo de que un 10% de ese 30% sea estrictamente protegido, lo que implica restringir muchísimo la actividad. Y a día de hoy a nivel mediterráneo tenemos un 0,02% estrictamente protegido, así que imagine el margen que hay para mejorar. Por otro lado, muchas de las zonas que ya están protegidas ni tan solo tienen un plan de gestión; si dices que no se puede pescar, pero no pones vigilancia, el Área Marina Protegida no funcionará como debería. 

En Baleares rige un decreto de conservación de la posidonia pero todos los veranos embarcaciones recreativas anclan en las praderas.

Aprobar normativas está muy bien, pero se tienen que hacer efectivas. Tiene que haber alguien que multe o advierta, o si no pon boyas. Lo que no puede ser es que se aprueben cosas y no se hagan cumplir. 

¿Las Áreas de Protección Marina serían suficientes contra el turismo masivo que sufre Baleares y parte de la costa catalana?

Hay un cambio de modelo que tenemos que abordar como sociedad. Si tienes estas figuras de protección y las implementas correctamente implica una reducción de la actividad. Por ejemplo, en Cataluña se habla de que dentro de esas áreas no se pueda ir en moto de agua y se obligaría a reducir la velocidad de las embarcaciones. Pero todo pasa porque como sociedad entendamos que tenemos que bajar el ritmo, tanto en el consumo de bienes como a la hora de desplazarnos menos.

Ha estudiado los efectos del calentamiento en el Mediterráneo y entre otras cosas afirma que las poblaciones de coral están colapsando.

Observamos que el aumento de la temperatura tiene un impacto muy fuerte sobre todo en poblaciones que están en aguas poco profundas. Son especies que han vivido miles de años en condiciones más frescas y no están adaptadas a este cambio. Hemos visto poblaciones afectadas por episodios de mortalidad hace diez o quince años y no hemos visto ningún tipo de recuperación. Al contrario, la población va decayendo y no hay síntomas de recuperación. No significa que vayan a desaparecer de todo el Mediterráneo, pero en las aguas someras el paisaje se está modificando. Es como en tierra: donde ha habido un incendio forestal tendrás hierba, pero no los árboles centenarios que existían.

¿Cuánto ha aumentado ya la temperatura en el Mediterráneo?

La media en todo el Mediterráneo es de 0,4 grados por década. Entre tres y cinco veces más que la media de todo el océano. Eso significa que el Mediterráneo es un punto caliente del calentamiento global y es normal que sea así porque es un mar más pequeño y cerrado. Los impactos del cambio climático están siendo más fuertes y evidentes, aunque también es una oportunidad para aprender y poner en práctica medidas que nos permitan adaptarnos a esta situación. Y también para informar de lo que está pasando. La gente es cada vez más consciente de que el cambio climático no es solo que se derrite el hielo del Ártico. Tenemos que reducir nuestro ritmo de vida si queremos salir adelante. 

¿Usted es optimista o pesimista?

Depende del día. El sistema en el que vivimos nos empuja a este abismo y piensas que no vamos bien, y no iremos bien. Pero por otro lado en reuniones como la que tuvimos en Palma vi un grupo de gente diversos, de varios países y conocimientos diferentes que trabajan por un mismo objetivo. Eso me hace ser más optimista. Por otro lado, la naturaleza ha demostrado una gran capacidad de regeneración. Por ejemplo, cuando se ha prohibido la pesca en un Área Marina Protegida en pocos años las poblaciones de pesca se han recuperado muy bien. Esto ya no tenemos que hacerlo por la naturaleza, si no por nosotros. Si continuamos degradando nuestros ecosistemas, la naturaleza continuará; quienes no podremos continuar seremos nosotros.

En Baleares preocupa la subida del nivel del mar. ¿Tenemos que empezar a despedirnos de algunas playas y paseos marítimos?

Sí. A no ser que haya un cambio muy drástico o que se implementen todas las medidas que se están proponiendo para revertir las emisiones. Mire lo que está pasando en Cataluña. El tren de Cercanías que va por la costa de Barcelona hacia el norte está parado cada dos por tres por culpa de los temporales que afectan a la vía. O lo que está pasando al Delta de l’Ebre. Ya está pasando y si no hacemos nada, el problema se acelerará. 

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