En el mercado laboral hay candidatos que «no tienen vergüenza», lamenta un importante empleador del sector aeroportuario. Pone de ejemplo cómo el lunes, tras tener concertadas 24 entrevistas —«en Palma, para evitar su traslado hasta Son Sant Joan»— para cubrir vacantes en sus locales de restauración solo se presentaron siete. A pesar de pedirles que le enviaran su documentación ayer antes de la una de la tarde para las contrataciones «ninguno lo ha hecho». ¿A qué achaca ese absentismo? A que están pendientes de otras ofertas o bien que rechazan entrar como fijo discontinuos por preferir un contrato temporal o para todo el año y esto último en el aeropuerto no es posible. «Pagamos de acuerdo al convenio de hostelería, con los dos días libres y sin turnos partidos» y aún así esta empresa sigue con el 33 % de su plantilla incompleta.
En el día a día de estos restaurantes la falta de trabajadores se está traduciendo en tener que reducir horarios de apertura para que los empleados «no se quemen». «Solo tengo un local al cien por cien y estoy perdiendo 24.000 euros en ventas a la semana», se queja.
Este situación se replica en los aeropuertos de Barcelona Alicante, Madrid, Valencia o Canarias, «nunca lo había visto», dice el empresario que rechaza actuar como otros compañías que permiten que los pasajeros hagan «colas largas».
