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Baleares se prepara para un paro de transportistas en pleno verano

La Conselleria abre contactos con el Ministerio y los distribuidores anuncian que tienen reservas para seis días de protesta

Imagen de la protesta de camioneros realizada en Palma el pasado mes de marzo. B.RAMON

Balears se está preparando para afrontar un nuevo paro en el transporte de mercancías que se podría desarrollar en la península, con el agravante de que en esta ocasión puede producirse en plena temporada turística. Desde la conselleria de Movilidad se indicó ayer que se está en contacto con el ministerio de Transportes y que se quiere abordar con la Delegación del Gobierno las garantías para que los productos puedan embarcar y llegar a las islas, mientras que desde la asociación de distribuidores de alimentos se asegura que hay reservas suficientes para soportar sin demasiados problemas una de esas protestas durante unos seis días, momento a partir del cual sí podría extenderse la falta de algunos productos.

Lo primero que se ha hecho desde el Govern es intentar calmar los ánimos en las propias islas. El director general de Movilidad, Jaume Mateu, mantuvo ayer una reunión con representantes de la federación balear de transportistas, para despejar los últimos problemas en torno al reparto de las ayudas comprometidas por el Govern para este sector, por valor de 5,5 millones de euros, y hoy está previsto que en el Boletín Oficial de las islas se publique ya la convocatoria del primer paquete, que corresponde a la conselleria de Modelo Económico, al que debe de seguir un segundo de la de Movilidad a lo largo de las próximas dos semanas.

Aunque este proceso se ha retrasado mucho más de lo previsto, la inminente apertura del plazo para solicitar esas ayudas busca además que el sector balear de los transportistas mantenga la calma en el caso de que finalmente se convoque un paro en la península.

Hay que tener en cuenta que aunque las patronales isleñas no han respaldado movilizaciones como las que se desarrollaron durante el pasado mes de marzo, sí hubo alguna protesta por parte de un número reducido de camioneros de Mallorca, y además está el problema de llevar la mercancía hasta los puertos para abastecer al archipiélago en el caso de que se organicen de nuevo piquetes en estos puntos o en los polígonos industriales del resto del país.

Tras la reunión con el director general, la gerente de la federación de transportistas, Petra Mut, señaló que el resultado había sido satisfactorio, y que las dudas que se habían generado en torno a la distribución de los 5,5 millones de euros en ayudas habían quedado finalmente despejadas.

La nueva crisis viene provocada en estos momentos debido a que el precio del gasoleo está de nuevo disparado, a lo que se suma que los transportistas reivindican que se cumplan las medidas para evitar tener que trabajar a pérdidas.

Jaume Mateu reconoció que las noticias que están llegando al Govern apuntan ese peligro de que se reactiven las movilizaciones en la península (se considera que el riesgo es menor en Balears), de ahí que se estén poniendo en marcha los citados contactos con el Ministerio del ramo y con la Delegación del Gobierno para intentar que el impacto sobre el archipiélago sea el mínimo.

A su vez, el presidente de la asociación balear de distribuidores de alimentos, Bartolomé Servera, indicó que ante ese riesgo, las empresas que representa disponen de reservas suficientes para poder mantener el abastecimiento a hoteles y restaurantes durante unos seis días sin excesivos problemas, momento a partir del cual sí podría comenzar a padecerse la escasez de algunas referencias.

Por ello, insistió en que no debe de cundir una alarma excesiva ante la citada amenaza de que se pongan en marcha nuevas movilizaciones.

La amenaza de un nuevo paro en el transporte de mercancías se produce cuando las empresas de las islas estaban comenzando a normalizar la situación de los repartos, tres meses después de que las anteriores movilizaciones distorsionaran la situación del sector, y el presidente de la asociación balear que representan a este colectivo, Ezequiel Horrach, reconoció ayer el duro impacto que puede suponer otra protesta en plena temporada turística.

El director general de Movilidad, Jaume Mateu, lamentó igualmente el efecto especialmente negativo que un paro en el transporte tendría sobre el proceso de recuperación económica que se ha iniciado con notable intensidad en las islas, y no tanto en relación al desgaste político que implicaría para el Gobierno central, de ahí que expresara su esperanza de que finalmente no se llegue a las citadas movilizaciones.

Por su parte, el presidente de la asociación balear de distribuidores de alimentos, Bartolomé Servera, señaló que ante la actual situación de encarecimiento de los costes, lo que los transportistas deben de hacer es trasladarlos a sus precios. También pidió que no se hagan «amagos», es decir, amenazar con paros si no se van a hacer, por los problemas que su simple anuncio provocan.

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