Aunque Garau matiza que aunque el principal motivo de su denuncia son las graves pérdidas que ocasionan en los arrastreros baleares estas capturas accidentales, «también obedece a la indignación de que se desperdicien de esta manera estos atunes con lo que ha costado recuperar la especie», señala recordando los años de restricciones en las capturas para salvarla de la extinción por sobrepesca.

«Además nuestros pesqueros ven cómo actúan los barcos de cerco y se lamentan de que mientras ellos están esquilmando la zona (estas embarcaciones completan la cuota de capturas asignada a la semana de abrirse la veda, en estos momentos ya se encuentran en sus puertos) nosotros tan solo podremos pesca a lo sumo un atún con una línea de mano», lamenta.