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El juicio a Cursach, en el aire ante la avalancha de peticiones de nulidad

La vista oral quedará suspendida hasta que el tribunal resuelva todas las alegaciones

El abogado de Cursach, Enrique Molina, con el escrito de la fiscalía lleno de tachones

Tiempo muerto en el caso Cursach. El juicio por la presunta trama de corrupción quedará suspendido hasta que el tribunal de la Audiencia Provincial resuelva el medio centenar de cuestiones previas que las acusaciones y las defensas han puesto sobre su mesa. La mayoría reclaman que la vista oral ni siquiera llegue a celebrarse por las graves irregularidades que, según sostienen, se han cometido durante la tramitación judicial de la causa. «La opinión pública no puede ver esto», resumía el letrado Gaspar Oliver, que representa a dos de los policías acusados.

Las juezas de la sección primera de la Audiencia encargadas de enjuiciar los hechos tienen previsto que la vista oral quede en el aire la próxima semana, cuando según los planes de la sala los abogados defensores acabarán de plantear sus cuestiones previas. La magistrada ponente, Rocío Martín, deberá redactar entonces un auto para responder a todas ellas, lo que demorará varios días o incluso semanas la reanudación del juicio.

Ese auto marcará el futuro de la causa y hay varias posibilidades. La más drástica pasa por declarar nula toda la investigación llevada a cabo por el juzgado de instrucción número 12 y exculpar a todos los procesados sin ni siquiera continuar con el juicio. Los letrados defensores consultados ven pocas posibilidades de que esto ocurra. Otra opción es que se admitan las peticiones menos radicales y que alguno de los procesados quede exculpado y abandone el banquillo de los acusados.

El tribunal debe pronunciarse también sobre otra cuestión clave: el papel de las acusaciones particulares. Además de la fiscalía, que continúa desinflando sus imputaciones, en la causa hay personados varios empresarios que se consideran víctimas de la trama corrupta. Las defensas han llevado a cabo una ofensiva para expulsarlos del juicio por «falta de legitimidad» o, como mínimo, obligarles a rebajar sus imputaciones y peticiones de condena a las de la fiscalía. Estas acusaciones reclaman en algunos casos penas muy superiores a las del ministerio público-una de ellas pide más de 39 años de prisión para Cursach y Sbert-, por lo que su continuidad o no en el juicio resulta determinante para el devenir del caso.

Tras cuatro jornadas centradas fundamentalmente en las peticiones de nulidad de las defensas, a las que se la fiscalía se ha opuesto asegurando que no hay motivos para ello, el juicio se reanudará el lunes con las alegaciones de más abogados de los acusados. El martes habrá otro descanso y el miércoles, según el calendario que maneja la sala, se dará por cerrada esta fase. Será entonces cuando se abra un paréntesis para que el tribunal decida si el juicio debe continuar y en qué condiciones se celebra.

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