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Unas 1.500 personas están a la espera de poder entrar a residir en un geriátrico

Fina Santiago advierte de que se trata de una lista de espera «ficticia», ya que mucha gente renuncia al no ofrecerles la residencia que querían

Las residencias públicas del IMAS acogen a 845 usuarios. Guillem Bosch

Entre 1.000 y 1.500 personas mayores están a la espera de obtener plaza en una residencia de ancianos de Mallorca. Lo que ocurre, según advirtió la consellera de Servicios Sociales Fina Santiago, es que se trata de una lista de espere un tanto «ficticia» debido a que muchas personas cuando se les ofrece una residencia renuncian a ella. Ya sea por no estar cerca de su entorno o simplemente porque quieren un geriátrico en concreto.

En cualquier caso, las nuevas residencias que impulsa el Govern, especialmente las de Son Dureta y la de Bunyola con 120 plazas cada una, supondrán que Mallorca pueda paliar un poco esta lista de espera. La necesidad de equipamientos geriátricos se hace más acuciante a medida que pasan los años y la población está cada vez más envejecida.

Unas 2.400 personas están en residencias de ancianos en Mallorca. Según datos del Institut Malloquí d’Afers Socials (IMAS), 1.160 ocupan plaza en residencias públicas, de las cuales 845 son del Consell y el resto de los diferentes ayuntamientos. Otras 1.292 plazas son geriátricos privados con convenio de concertación con la administración pública.

Las residencias que gestiona directamente el Consell, con 845 plazas, se reparten con 350 personas en La Bonanova, 252 en Llar d’Ancians, 100 en Felanitx, 47 en Huialfàs (sa Pobla) y 96 en el geriátrico Oms-Sant Miquel.

Precisamente en La Bonanova, el Consell de Mallorca ha realizado una importante inversión de más de dos millones de euros para impulsar un nuevo e innovador concepto de geriátrico. Se trata de las unidades de convivencia con habitaciones individuales y lugares comunes destinadas a personas con grado de dependencia. Se destina a este servicio toda la novena planta del geriátrico.

La Bonanova fue considerada durante años como una de las residencias más grandes de España. Fue construida por el Estado en los años 80 y tenía una capacidad para 500 usuarios. Poco a poco se ha reducido el número de plazas hasta llegar a las 350 actuales.

Servicios alternativos

La conselleria de Servicios Sociales del Govern impulsó servicios alternativos a las residencias. El objetivo es que las personas mayores puedan ser atendidas en sus domicilios y ahorrar así plazas residenciales. Estos servicios son la atención domiciliaria mediante trabajadores sociales que cuidan y atienden a los mayores. Unas 11.000 horas de atención realizan en toda la isla. El Consell gestiona una parte de este servicio, mientras que el resto se realiza mediante convenios con ayuntamientos y entidades privadas.

De igual modo, se dan unas 18.000 ayudas económicas a las familias que quieran asumir la atención de sus mayores. En 2015 tan solo se otorgaban unas 7.000 ayudas con el PP. En siete años de Pacto se han multiplicado. De todas formas, Servicios Sociales recuerda que en algunos momentos la familia no puede dar cobertura a las necesidades y es preciso ingresar en una residencia.

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