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Baleares paraliza la venta de 34 productos en toda Europa

Las islas aparecen entre las autonomías más activas en la Red de Alerta estatal

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Baleares paraliza la venta de 34 productos en toda Europa

Baleares ha sido la responsable de que la venta de 34 productos de venta en los comercios haya quedado paralizada en el conjunto de la Unión Europea, al considerar que conllevaban un riesgo para la salud de los consumidores. Un dato a destacar es que más de la mitad de estos artículos tenían a niños y adolescentes como destinatarios.

El director general de Consumo, Félix Alonso, pone de relieve la intensa actividad que este departamento balear está desarrollando a la hora de incluir productos peligrosos en la red de alerta del Ministerio, que se extiende al resto de países de la UE. En los primeros cinco meses del año la totalidad de las autonomías han incorporado 375 artículos en ese sistema de alarma, de los que 34 han correspondido a las islas. Eso supone un 9% del total, cuando el peso de la población y de la economía del conjunto de país es muy inferior.

Un dato a tener en cuenta es la relevancia que en estas inmovilizaciones tienen los productos destinados a los niños, considerados como unos consumidores especialmente vulnerables, de ahí que sean objeto de una especial vigilancia.

Artículos inmovilizados

En la lista de estos 34 artículos considerados peligrosos o que incumplen la legislación aparecen 13 juguetes y seis modelos de ropa infantil. A ellos se suman dos productos decorativos, dos disfraces o artículos de broma, tres guirnaldas luminosas, dos adaptadores eléctricos, una mascarilla higiénica, dos secadores, un adhesivo para parches y una cuerda de equipaje.

Las causas que han provocado su inclusión en la Red de Alerta están vinculadas en la mayoría de los casos con cuestiones de seguridad. De este modo, se apunta la presencia de piezas de pequeño tamaño que se pueden desprender en la mayoría de los juguetes inmovilizados, lo que conlleva el riesgo de asfixia del niño que los manipula en el caso de que se los lleven a la boca y los traguen accidentalmente, al igual que en los casos es el que sea fácil acceder a las pilas de botón por las heridas que éstas pueden generar si son ingeridas. En este sentido, Félix Alonso recuerda que recientemente se han dado casos de menores fallecidos por este último motivo en el seno de la Unión Europea.

En la ropa infantil se señalan los casos en la que ésta cuenta con cordones o cuerdas ajustables en la zona del cuello, dado que puede suponer un peligro de estrangulamiento.

En relación a los productos decorativos, se apunta la misma situación cuando disponen de piezas pequeñas y además tienen forma de alimento.

En el caso de los disfraces, se subraya la detección de pelucas que son altamente inflamables, lo que supone el riesgo de que los menores sufran quemaduras.

También se pone de relieve la presencia de pequeños electrodomésticos o luminarias que no disponen de una correcta protección contra los choques eléctricos.

En la lista aparece también un modelo de mascarillas que no incluyen en su etiquetado la información obligatoria sobre su eficiencia a la filtración bacteriana ni sobre la respirabilidad.

Un aspecto que desde la Dirección General de Consumo se pone de relieve es que durante los últimos años se ha extremado la vigilancia relacionada con la calidad y etiquetado de las mascarillas empleadas para frenar la expansión del coronavirus, pero ahora que esta situación tiende a normalizarse se hace especial hincapié en los productos para menores que se venden en las denominadas tiendas bazar o multiprecio, al ser en las que se detectan las mayores deficiencias en esta materia.

Félix Alonso apunta que todos estos casos han supuesto la retirada del mercado de casi medio millar de unidades de los citados artículos en las islas, además de dar la alerta al resto de autonomías y países de la UE. Lo habitual es que se proceda a su destrucción, sin que haya sanción económica salvo en los casos en los que existe una reincidencia.

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