El relato de hechos presentado por la fiscalía elimina cualquier rastro de pago, dádiva o prebenda entregada por el Grupo Cursach a policías, políticos o funcionarios a cambio de recibir sus favores. A base de tachar escrito de acusación original, el ministerio público descarta varios episodios y, en consecuencia, rebaja sus peticiones de condena para unos y exculpa completamente a otros.

Por un lado, se eliminan todas las referencias a las supuestas orgías con drogas y prostitutas ofrecidas a diversos agentes de la Policía Local de Palma en zonas exclusivas de la discoteca Tito’s. El ministerio público sostiene que estos episodios, por los que reclamaba nueve años de cárcel para Jaime Lladó y Arturo Segade, «carecen de verosimilitud». Por tanto, exonera a estos dos acusados y retira los cargos contra ellos. El testigo que sostenía esta acusación acabó siendo imputado y acusado por la propia fiscalía de falso testimonio por mentir durante la instrucción.

Otro tanto ocurre con los sobres con billetes de 500 euros, las generosas cestas de navidad, las cajas de Möet Chandon y los pases VIP para los gimnasios del Grupo Cursach que, según sostenía la acusación pública, habían recibido funcionarios del Ayuntamiento de Palma y agentes de la Policía Local a cambio de favorecer sus intereses. Todo queda en el nuevo escrito de acusación.

El recorte afecta también a la que fuera directora general de Turismo, Pilar Carbonell, y uno de sus subordinados en la conselleria. La fiscalía descarta ahora que adoptaran cualquier decisión administrativa para beneficiar a los diversos negocios de Cursach tanto en Palma como en Calvià, por lo que retira la acusación de prevaricación contra ellos al entender que no existe ninguna prueba para sostener estos cargos.