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Catedrático emérito
Entrevista

Carlos Berzosa: «Sin duda el gran motor de la economía mundial es China, en cuanto gran exportador mundial»

«Alemania es el gran exportador de la Unión Europea y su mercado, poderoso», señala el experto, que asegura que los políticos «pueden hacer poco» para frenar la subida de precios

Carlos Berzosa en un momento de la entrevista. NACHO OREJAS

Catedrático emérito de la Universidad Complutense, de la que ha sido rector y decano de la facultad de ciencias económicas y empresariales. Especializado en la economía mundial y el desarrollo económico, impartirá mañana en el salón de actos de La Misericordia de Palma una conferencia/coloquio sobre la Inflación, organizada por Attac Mallorca. La cita será a las seis de la tarde.

Como profesor de Economía, ¿cómo puede enseñarse esa materia si cada economista tiene sus tesis propias?

Se puede explicar y de hecho se explica perfectamente, a pesar de que existan corrientes de pensamiento diferentes. La economía tiene un aparato teórico que es el que se enseña en casi todas las facultades de economía del mundo. Además, hay un importante instrumental cuantitativo como las matemáticas, estadística y econometría. Es cierto que hay corrientes de economía heterodoxas, entre las que me incluyo, que no están de acuerdo con la enseñanza de la economía dominante por insuficiente, pero eso no quiere decir que se esté en contra de que no se explique la teoría económica dominante, sino que deben explicarse otras teorías y enfoques. Pero incluso entre los economistas que están de acuerdo con el paradigma dominante hay diferencias en las recetas que se recomiendan.

Especialista en Economía Mundial ¿no es un concepto muy amplio?

Desde luego que es un concepto muy amplio y por ello observamos que existen diferentes formas de abordar este objeto de estudio. La diversidad de los distintos manuales así lo testifican. Resulta necesario, de todos modos, llevar a cabo la tarea con un método. Por ello, Sampedro y sus discípulos preferimos hablar de Estructura Económica Mundial (EEM), lo que significa que la economía mundial se entiende como un conjunto de interdependencias entre los países y áreas económicas. Estas relaciones de interdependencias son asimétricas y por esto lo más adecuado es estudiar el capitalismo, tanto en el mundo desarrollado, como en los países emergentes y los subdesarrollados. Así como lo que fue el socialismo real y la fase de transición hacia el capitalismo. En esta materia también cabe analizar las diferentes estructuras, como la agraria y alimentaria, la minera, la energía, la industria y el sector servicios. La economía mundial también engloba a los organismos multilaterales y áreas de integración económica. Además de abordar el cambio climático, la degradación de la naturaleza, la pobreza, el hambre, y los movimientos migratorios.

¿Quién es hoy el motor económico del mundo?

Sin duda la economía China, en cuanto gran exportador mundial, tanto de mercancías como de capitales. El crecimiento tan espectacular que ha tenido y mantiene la convierte también en un mercado importante para las importaciones de mercancías y en inversiones de capital. Es un polo fundamental que tira del resto de la economía mundial. No obstante, conviene señalar que los países desarrollados siguen desempeñando aún un papel relevante.

¿Y de Europa?

El motor europeo es desde hace ya tiempo Alemania. Es el gran exportador de la Unión Europea (UE) y su mercado poderoso, debido al alto nivel de renta, se convierte a su vez en un atractivo para los otros países. Cuando la economía alemana flojea toda la UE se resiente. El poderío alemán convierte a este país en hegemónico dentro de la UE, lo que tiene sus inconvenientes. Alemania dicta las normas que los demás se sienten obligados a cumplir. Su imposición de las políticas de austeridad generó grandes costes a los países del sur de Europa, sobre todo a Grecia, y han contribuido a hacer una Europa cada vez más desigual.

Hablamos del estado del bienestar, pero ¿vivimos mejor hoy que hace cincuenta años?

Es una respuesta compleja. En los últimos cincuenta años se han producido grandes cambios y transformaciones. El fin del modelo keynesiano de posguerra y su sustitución por el neoliberalismo sin que esto haya supuesto el acabar con el estado del bienestar, pues este sigue existiendo, aunque con recortes, heridas, y fisuras. El ataque al estado del bienestar, la desregulación de los mercados, sobre todo del financiero y laboral, la implantación de políticas fiscales regresivas, ha generado una mayor desigualdad, una precarización del empleo, y un sistema financiero con un gran componente especulativo y generador de inestabilidades. De manera que, si bien ha habido mejoras en el nivel de vida de las clases medias altas y ricas, el resto de las clases medias se ha estancado o ha ido para abajo. Ha habido perdedores y ganadores. El cómputo global se puede calificar de estancamiento para gran parte de la población mundial y negativo para las clases sociales de menor nivel de renta.

La Economía como ciencia ¿es de derechas o de izquierdas?

La economía, aunque tenga un instrumental potente cuantitativo y una teoría que quiere pasar como neutra no lo es y está impregnada de ideología. La elegancia formal de la que está revestida la teoría que se convierte en el paradigma dominante no carece de ideología, pues aunque no aparezca en sus razonamientos la tiene de un modo subyacente al escamotear cuestiones fundamentales para entender la realidad.

Ha estudiado bien la obra de José Luis Sampedro, que era también gran escritor. La Economía ¿es de ciencias o de letras?

Tal como se estudia hoy es de ciencias. Sin una formación previa de matemáticas no se pueden seguir los estudios de la carrera de económicas. Ahora bien, la economía es una ciencia social y no se puede convertir en un apéndice de las matemáticas sin más, sino que es necesario combinar el análisis cuantitativo con el cualitativo. De manera que las letras también son un buen ingrediente a tener en cuenta.

Hablamos mucho de inflación, pero ¿qué es en definitiva?

La subida sistemática de los precios. ¿A qué se debe esa subida? Es la pregunta que los economistas tratamos de responder. En esto no hay un consenso, pero es lo que voy a intentar responder en la conferencia.

En un libro, Sampedro habla de la inflación al alcance de los ministros ¿pueden los políticos poner freno al encarecimiento de la vida?

En realidad pueden hacer poco en una economía dominada por el mercado y que ha estado sujeta a la crisis de la pandemia y ahora a la invasión de Rusia a Ucrania. Las tentaciones de intentar frenar el alza de los precios, con la subida de los tipos de interés es erróneo. Para frenar la subida de los precios de la luz tendrá que regularse más el mercado. La bajada de impuestos aliviaría la situación, pero no la evitaría.

La Economía se basa en la Estadística, es decir, si usted tiene dos euros y yo ninguno, entonces dice que tenemos uno cada uno…

Así es, pero también se usa la estadística para calcular la desigualdad. Hay estudios muy importantes sobre ello.

Otro libro de Sampedro que usted ha estudiado y actualizado es ‘Conciencia del subdesarrollo’. ¿Somos conscientes de que otros viven en condiciones inhumanas?

Poco conscientes. Vivimos en el mundo desarrollado dentro de lo que Galbraith denominó con gran acierto « la cultura de la satisfacción». De manera que estamos en una sociedad cada vez más individualista y consumista y poco nos preocupamos de los demás.

Un título suyo y de Sampedro es ‘Economía Humanista’ ¿No es esto un oxímoron?

No tiene por qué serlo, pues no se debe olvidar que el fin de la economía tiene que ser acabar con el hambre, la pobreza, la elevada desigualdad, y la lucha contra el cambio climático. Todo ello es humanismo y si hay que insistir es porque la economía oficial se ha olvidado de ello.

¿Cuáles son los desafíos de la economía mundial en el siglo XXI?

El hambre, la pobreza, el cambio climático y la desigualdad, entre países y dentro de estos, tanto de rentas y riqueza como de género.

¿Hasta qué punto podemos relacionar la justicia con la economía?

Totalmente sin justicia no hay economía que valga, y a su vez la economía debe contribuir a la justicia.

¿Y la Economía con la Ecología?

Están estrechamente relacionadas. La economía se inicia con la explotación de los recursos naturales, y sigue con su transformación. El uso de los combustibles fósiles está en función de un modelo de producción, distribución y consumo. No se puede estudiar la ecología sin el contexto económico y social y viceversa la economía no se puede analizar correctamente sin tener en cuenta la ecología.

¿Qué opciones tenemos frente al capitalismo devastador?

De momento por desgracia ninguna. No es que no haya alternativas, que las hay. Lo que sucede es que chocan con los intereses económicos establecidos y estos hacen lo posible para que no se lleven a la práctica.

¿Dónde nos llevará todo esto?

Si no se pone remedio a una catástrofe y eso que no suelo ser por lo general catastrofista ni predicador de esto, pero los datos están ahí.

¿Es usted optimista? ¿Tiene solución ese caos?

Como decía Gramsci, soy pesimista en la inteligencia, pero optimista en la voluntad. Así que confío en que la acción de movimientos sociales y políticos puedan salvarnos. Soluciones no tengo, pero sí tengo propuestas parciales que nos puedan ayudar a hacer una economía más justa y solidaria.

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